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Economía

El Gobierno busca alianzas con Alemania para rebajar la factura española de la unión bancaria

El ministro alemán Wolfgang Schäuble junto al español Luis de Guindos y el francés Pierre Moscovici

El Gobierno ha cifrado ya el coste de la Unión Bancaria Europea para los bancos españoles: entre 5.500 y 8.200 millones de euros. Pero al mismo tiempo ha comenzado a trabajar para que esa factura quede más cerca de la parte baja de esa horquilla. De hecho, fuentes de Economía estiman que la factura definitiva para los bancos españoles no superará el 12%, es decir, que quedaría en unos 6.800 millones como máximo.

La rebaja del 15% máximo en que la UE cifraba la aportación española al nuevo Fondo de Resolución Bancaria (el mecanismo que debe servir para unificar el sistema bancario europeo y los sistemas de liquidación de entidades en toda la UE) al 12% en que planea el Ejecutivo que quede la aportación de la banca española significaría un alivio de casi 2.000 millones de euros.

La Unión Europea abrirá el próximo mes el procedimiento para determinar qué fondos demanda a cada banco por su “exposición al riesgo” un concepto que ya recoge el artículo 66 de la nueva normativa que impulsa la unión bancaria pero cuyos detalles y afectados todavía no se han definido. Según fuentes de esa negociación, la UE maneja a día de hoy dos conceptos para concretar esa “exposición al riesgo”:

  • El tamaño de las entidades y hasta qué punto constituyen un riesgo sistémico para los demás bancos. Eso penalizaría a los cuatro grandes bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia—un parámetro al que se opone el Ejecutivo español y por el que apuestan países como Francia.
  • Por la estructura de sus depósitos y por el volumen de pasivos que cada banco tenga y su exposición a posibles impagos. La banca española se vería favorecida por este criterio ya que el volumen de depósitos es mayor que el de otros vecinos europeos y, por tanto, su consideración de riesgo sería menor. La estructura de depósitos de la banca española es similar a la de la alemana y España pretende buscar alianzas con Alemania de cara a la negociación.

El Ejecutivo español considera que la determinación del riesgo bancario se resolverá en una negociación en la que España puede cobrarse deudas pendientes por parte de Alemania como la del apoyo a su candidato a presidir la Comisión Europea y jugará a favor de la negociación la longevidad del ministro de Economía, Luis de Guindos, que se ha convertido ya en el quinto más veterano de los miembros del Eurogrupo.

Dos elementos para determinar el riesgo de la banca

El nuevo Fondo de Resolución Bancaria fijado por la Unión Europea establece que las entidades nacionales deberán aportar fondos para crear una "caja" de reserva en caso de que se produzca lo que denominan como un "accidente bancario". Para ello, las entidades españolas estarán obligadas a aportar fondos en dos tramos:

  • Una parte fija en relación a los depósitos: En el caso español, la mayor parte de ese tramo ha sido ya aportada al Fondo de Garantía de Depósitos. A partir de ahora, los bancos españoles deberán seguir aportando cuantías similares a las anteriores, aunque deberán repartirlos entre los dos fondos, el de Garantía de Depósitos (FGD) y al nuevo Fondo Europeo de Resolución Bancaria (MUR). Esas aportaciones significan un 3 por 1000 sobre los depósitos que tienen, aunque fuentes de Economía no descartan que esa aportación pueda “aumentar ligeramente”.
  • En segundo lugar, los bancos deberán pagar un segundo tramo de aportaciones variable. Ese segundo tramo es el que la Comisión Europea todavía debe desarrollar en los próximos meses introduciendo un componente de riesgo que determinará si es necesaria una mayor o menor aportación. La Comisión Europea fijará una fórmula que será igual para todos los países de la UE. Ahí es donde las fuentes de Economía consultadas por Vozpópuli coinciden en que se alcanzará un acuerdo que evite que la factura española alcance el límite de los 8.200 millones de euros que a día de hoy están sobre la mesa.

El nuevo mecanismo de liquidación de bancos que ha pactado la Unión Europea comenzará a operar a partir de otoño de este año 2014. El Ejecutivo asegura que este es un “elemento fundamental” dentro de la arquitectura de la UE y que “está teniendo ya efectos prácticos en España” porque sólo las expectativas de mercado han contribuido “a rebajar la prima de riesgo y el diferencial de la deuda española con la de los socios europeos”.

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