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Economía

El fondo europeo de rescate, menos respetado en el mercado que Austria

El fondo de rescate europeo, conocido como EFSF (European Financial Stability Facility) no es una piedra filosofal que convierte en oro toda crisis que toca, ni el activo más sólido y deseado por los inversores, capaz de sobrevivir a los embates de los mercados y solucionar todos los problemas. Ha sufrido para emitir, viéndose obligado a ofrecer extra tipos; los mercados le han sacudido como a otros países en algunas ocasiones y afronta riesgos de tener como garantes a España, Italia o Francia, cada vez más penalizados por los inversores. Es decir, tiene riesgos reales de sufrir el rechazo de inversores que no sean bancos centrales.

En los últimos tiempos, los bonos del EFSF se han contagiado de manera positiva del bund alemán, recortando su rentabilidad, aunque en los meses en los que el Banco Central Europeo (BCE) anunció el LTRO o 'barra libre de liquidez', sufrió en gran medida. Ahora, está mejorando en precio en mercado, favorecido por la crisis de deuda española e italiano, que le convierte en cierta manera en activo refugio. Un operador de bonos de una entidad pública española señalaba que “es una buena señal que no hayan ido mal en el mercado secundario, pero en primario han sufrido para emitir su deuda”, comentaba, remitiéndose a los pequeños importes que ha colocado en los meses previos.

La semana pasada, por ejemplo, colocó 3.000 millones de euros en bonos a 3 años, a un tipo del 1,16%, rentabilidad que no está nada mal, pero que supone una prima de riesgo con Alemania de 110 puntos básicos. Es el mismo tipo que Canadá y casi que el de Bélgica. Por su lado, se financian mucho más barato Austria, Francia, Reino Unido o EE UU.  

En la última presentación ante analistas e inversores se pueden ver los importes totales, los plazos y los tipos emitidos por el EFSF, así como el mix de inversores, en el que hay bancos centrales, pero también mucho particular. Los tipos ofrecidos son razonables, pero en todos hay un claro diferencial sobre las principales economías de la Eurozona.

Siguiendo a Francia y Alemania

En los últimos tiempos los bonos del EFSF han mejorado en rentabilidad en el secundario. Por ejemplo, el cupón 3,375% con vencimiento en 2021, que a finales del pasado año colocó su rendimiento por encima del 4%, lo tiene en la actualidad en el 2,5%. Un recorrido que habrá dado mucho dinero a quien lo haya recogido de manera adecuada. 

Pero tiene sus riesgos latiendo cada vez con más fuerza. Un gestor de una banca privada indica que “este fondo es un conglomerado de países y los que más pesan son Alemania y Francia. Ha recogido el buen tono de estos meses, pero si Francia empieza a sufrir, cosa nada descartable, habrá salida de dinero desde ahí hasta el bund, que quedaría como único refugio”.

Por tanto, el EFSF tampoco es una solución mágica. Deberá luchar por emitir en mercado y cuanto peor le vaya a los estados miembros del euro, más difícil será que se financie. Es por ello por lo que los operadores insisten en que el BCE debe actuar como cortafuegos en primer lugar, para detener la sangría en los mercados y luego implementar soluciones globales en la Eurozona. El fondo de rescate por si mismo no levantará dinero, salvo que se lo den a manos llenas los bancos centrales. 

Conviene recordar, además, que los países que ya han recibido dinero de este instrumento (Grecia, Portugal e Irlanda) mantienen sus rentabilidades en el 29%, el 12% y el 8% respectivamente. No ha sido, por tanto, una solución definitiva para los estados. 

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