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Economía

El comienzo del invierno demográfico se refleja en la población activa: el INE achaca la caída a jubilados y extranjeros

El envejecimiento de la población y el comienzo del achatamiento de la pirámide demográfica tiene ya un reflejo directo sobre la disminución de la población activa. El grupo mayor de 65 años y que por lo tanto sale en su mayor parte del mercado de trabajo engorda en 162.000 en los últimos doce meses y en 422.900 en los últimos tres años, según los datos compilados por el INE en un estudio sobre la evolución de la población activa.

En concreto, según la EPA de flujos el número de jubilaciones en los últimos doce meses asciende a las 273.900. Aunque debido a los fallecimientos la población jubilada sólo ha aumentado en 154.800.

Y si quieren comprobarlo mejor de un solo vistazo, simplemente examinen los gráficos elaborados por el INE que les ofrecemos a continuación. El contraste lo dice todo. En el periodo 2011-2014 la población entre 16 y 64 años se ha desplomado en 750.000, mientras que el colectivo de 65 años o más ha aumentado en 400.000 personas:

 

  

La leyenda urbana reza que los jóvenes, sometidos a un estado de desánimo de caballo, dejan de buscar trabajo o se marchan del país, y que precisamente ese triste fenómeno está provocando una caída de la población activa, lo que a su vez se refleja en una menor tasa de desempleo. O dicho de otro modo, que el paro sólo baja porque se nos van los jóvenes en estampida. Y el propio ministro Luis de Guindos anunció hace unos días en un debate parlamentario que encargaría un informe para comprobar si esta interpretación era correcta. O más bien para refutarla.  

Pues bien, el estudio del INE titulado 'Análisis de la evolución reciente de la población activa en España' arroja una interpretación bastante distinta a la de la leyenda urbana y da la razón al ministro: el descenso de la población activa en 425.000 personas sufrido en los últimos doce meses se debe, sobre todo, a la marcha de extranjeros y a jubilados.

El número de extranjeros con edades entre 16 y 64 años disminuye en 381.100 durante el último año y en 633.300 en los últimos tres. Si bien esta reducción también se debe en parte a que 125.300 adquirieron la nacionalidad española en los últimos doce meses y 176.700 desde 2011 a 2014.

Otro factor que ha influido en la pérdida de población activa según el INE es el incremento de jóvenes menores de 25 años que cursan estudios. Pese a que la población en esa franja de edad se reduce en 96.600 personas en el último año, el número de jóvenes estudiando ha aumentado en 44.900.

¿Y qué dice el INE respecto al papel que desempeña el desánimo en la caída de la población activa? De acuerdo con las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadísticas, el número de inactivos desanimados se ha estabilizado durante el último año y sólo se ha elevado en 1.900 personas, un guarismo que contrasta con el alza de 96.700 personas en este colectivo entre 2011 y 2012.

En cambio, la evolución de la población activa femenina ha resistido mejor los embates de la crisis, quizás porque muchas mujeres han salido a buscar trabajo ante la pérdida del empleo de sus cónyuges. 

Según los datos del padrón recopilados por el INE, entre enero de 2012 y enero de 2013 se produjo la primera caída de la población desde que se hacen estimaciones. En concreto, un retroceso del 0,3 por ciento frente a los incrementos habituales del 2 por ciento durante la década de la bonanza. Y según los expertos ello repercute directamente sobre la actividad económica. En opinión de algunos analistas consultados, que crezcamos un 1 por ciento ahora que desciende la población es como si se estuviese creciendo a tasas del 3 por ciento con el censo aumentando a ritmos del 2 por ciento. Es decir, en tanto en cuanto el número de habitantes siga disminuyendo no podremos crecer mucho. El reto del invierno demográfico, ese término acuñado por Michel Schooyans, ha comenzado. 

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