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Economía

Los sindicatos retrasan la defunción de la patronal estibadora a la espera de un próximo acuerdo

El Parlamento sacó adelante la reforma de la estiba portuaria

El conflicto de la estiba ha dejado en una situación muy delicada a Anesco, la patronal de los operadores de los puertos, hasta el punto de que han tenido que ser los propios sindicatos los que hayan impedido su disolución como patronal. La decisión iba a ser adoptada este martes en asamblea extraordinaria pero parece que finalmente la medida se dejará para más adelante, toda vez que un acuerdo con los representantes de los trabajadores parece más cercano que nunca.

Ya durante el trámite del primer Real Decreto-Ley sobre la reforma de la estiba, que finalmente acabó derogado por el Parlamento, Anesco dio síntomas de agotamiento, hasta el punto de que ya entonces se planteó una posible escisión de la patronal. Sus componentes con menor tamaño y peso en los puertos no se sintieron defendidas por la patronal ante la presión de los trabajadores de la estiba, que por entonces trataban de negociar acuerdos empresa por empresa y puerto a puerto para evitar que una posible reforma pusiera en peligro el mantenimiento de los puestos de trabajo en las actuales condiciones.

Los tambores de guerra en Anesco no volvieron a sonar tan fuerte tras la derogación del Real Decreto-Ley y el inicio de las negociaciones con los sindicatos y el Gobierno en busca de un acuerdo que hiciera posible el apoyo de los grupos políticos a la reforma del sector, impuesta por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de diciembre de 2014.

Finalmente, la reforma del sistema de estiba ha visto la luz verde en el Parlamento, aunque no ha sido un pacto laboral la que lo ha hecho posible sino la habilidad del Gobierno para lograr el apoyo a última hora de PdeCat para que se abstuviera en la votación de convalidación y permitiera que el número de síes superara al de los noes.

Acuerdo condicionado

La vuelta a la negociación se escenificó este lunes, con los sindicatos y la patronal reunidos en busca de un acuerdo que no se logró pero sí se cimentó: el mantenimiento de los puestos de trabajo a través de la subrogación de los estibadores por parte de las empresas (para paliar el efecto de la progresiva desaparición de las Sagep) a cambio de ciertas mejoras en la productividad.

No obstante, Anesco ya había convocado para este martes una asamblea extraordinaria para poner fin a las diferencias entre sus componentes cortando por lo sano: transformándose en una mera organización económica y empresarial, sin querer saber nada de negociaciones colectivas. En una palabra, que cada compañía se defendiera sola en sus conversaciones con los sindicatos.

El fin de Anesco se verá probablemente retrasado de forma momentánea porque los sindicatos prefieren una negociación bilateral a una multilateral. De ahí que haya condicionado desconvocar las primeras cinco jornadas de huelga a cambio de que Anesco siga sentada en la mesa, al menos hasta alcanzar un acuerdo definitivo.

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