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Economía

El Banco de España admite que la reforma laboral busca “reducir el grado de protección” de los fijos

El Gobernador del Banco de España, Luis Linde, en el Congreso

Los responsables políticos necesitan cruzar la frontera para decir la verdad sin eufemismos. Es la conclusión que dejan los documentos que el Gobierno, el Tesoro y el Banco de España han distribuido entre los inversores extranjeros en la serie de road-shows que han llevado a cabo en los últimos meses. La sinceridad más llamativa es la del Banco de España que admite que el objetivo de la reforma laboral no era crear empleo sino “reducir el grado de protección de los trabajadores fijos” y recortar salarios permitiendo “más flexibilidad para fijar nóminas”.

La clave de la reforma es “reducir el grado de protección de los trabajadores fijos”, afirma el BdE

El Director General de Regulación del banco central, José María Roldán, ha planteado ese mensaje de “reducir la protección de los trabajadores fijos” en cuatro ocasiones en los últimos tres meses en presentaciones realizadas en Londres, Singapur, Hong Kong y Tokio.

(Haga click aquí para ver la presentación íntegra)

El mensaje que el banco central ha trasladado a los inversores extranjeros llega después del que lanzó al propio Ejecutivo al que pidió que se suprimiera el salario mínimo.  

Otras confesiones políticamente incorrectas

La sinceridad del Banco de España en el extranjero se completa con otros mensajes como el de reconocer que “el déficit público ha empeorado y el tamaño de la deuda ha aumentado significativamente” en el país. Igualmente, el regulador asegura que las tasas de créditos dudosos y morosos --que ya están en su máximo histórico-- seguirán aumentando en los próximos meses. 

El banco central hace ese repaso de la situación macroeconómica en una presentación dedicada a analizar "el sector bancario español". Según ese análisis, 28 cajas de ahorro han desaparecido y, como consecuencia de la política del Gobierno todas se han convertido en bancos comerciales: "no quedan cajas que persigan ninguna actividad financiera en España", concluye el regulador, "salvo dos cajas muy pequeñas limitadas a sus mercados locales" (Caixa Pollença y Caixa Ontinyent). 

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