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Economía

El Gobierno elabora sus Presupuestos de 2015 con un crecimiento del 2% del PIB

El Gobierno está confeccionando los Presupuestos Generales del Estado para 2015 de acuerdo con una previsión de crecimiento del 2 por ciento, en línea con la estimación media de las 18 instituciones que elaboran el consenso de Funcas y dos décimas más que el 1,8 todavía recogido en el cuadro oficial.

A pesar de la relajación de los mercados y la mejora de la actividad, las cuentas del año que viene se presentan muy subordinadas al año electoral, la restricción presupuestaria y un cumplimiento del déficit aún más complicado por la ralentización de la economía europea.

Aunque la previsión pueda estar sujeta a cambios hasta el último momento y tenga que ser validada por la recién creada Autoridad Fiscal, en opinión de fuentes gubernamentales constata la existencia de una recuperación y constituye el principal activo del Ejecutivo de cara a las próximas elecciones generales de finales de 2015.

Los incrementos del gasto

Con los comicios en mente, el Gobierno abrirá la mano en unas pocas partidas de los PGE. El gasto en personal aumentará al ampliar muy levemente la oferta pública e incluirse la devolución a los funcionarios de alguna parte de la paga extra suprimida en 2012, tal y como adelantó Vozpópuli.

El Ejecutivo también estudia la creación de un subsidio que cubra a algunos desempleados a los que se les haya agotado la prestación y tengan responsabilidades familiares. El propio secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, anunció en un desayuno informativo de Vozpópuli y Executive Forum que la inversión en carreteras ascenderá a los 1.000 millones de euros. Y otras instituciones pueden precisar algunos fondos adicionales, como por ejemplo RTVE o el Fogasa.

Menos paro y más ingresos

¿Y de qué manera se planea financiar todo esto al tiempo que se reduce el déficit en cerca de 13.000 millones de euros? Pues principalmente a través de cuatro patas. La primera, a través de la contención del pago de intereses. Después de unos incrementos brutales de los costes de financiación en un ejercicio tras otro, esta rúbrica continuará estabilizándose. En 2013 se presupuestaron unos 38.000 millones de desembolsos en intereses, pero gracias a la intervención de Draghi finalmente la partida se situó en el entorno de los 29.000 millones. Y para 2014 se calcularon unos 36.000 millones por este concepto pero seguramente se cierre el año en el entorno de los 31.000 millones. Respecto a 2015, lo previsible es que este capítulo brinde un poco de margen para reducir lo presupuestado aunque el gasto final probablemente se eleve en al menos unos 1.000 millones tras engordar un año más la deuda.

En segundo lugar, el Gobierno ya se gasta en ayudas a parados unos 500 millones menos al mes que cuando llegó al poder, lo que podría otorgarle entre 4.000 y 5.000 millones de margen para el año que viene. Gracias a la creación de empleo y las subidas de las cotizaciones, el déficit de las pensiones no avanzará con la fuerza de los ejercicios previos. Y precisamente estos ahorros permitirán rebajar el techo de gasto un 3,2 por ciento hasta los 129.060 millones de euros, tal y como ya ha anunciado el Ministerio de Hacienda.

Tercero, en tanto en cuanto la ralentización de la economía europea no cobre visos de convertirse en un estancamiento, el crecimiento y la contabilización de actividades como la prostitución y las drogas contribuirá a elevar el Producto Interior Bruto y por lo tanto diluir sustancialmente el ratio de déficit sobre PIB aun manteniendo niveles similares de gasto.

Y cuarto, el Gobierno espera un robusto crecimiento de los ingresos del orden del 4,3 por ciento más que en 2014. No obstante, ¿cómo se justifica tamaño crecimiento incluso bajando los impuestos en unos 6.000 millones en términos netos? Pues porque casi la mitad de la rebaja de impuestos depende de que las Comunidades también aprueben la rebaja, como adelantó Vozpópuli. Además, una parte de esa reducción de impuestos se traducirá en mayores ingresos vía consumo. Y en opinión de Montoro el retorno al crecimiento está produciendo un afloramiento de la economía sumergida que explica que en términos homogéneos la recaudación este año repunte en torno a un 5 por ciento.

El cambio en Europa

Sin embargo, la rebaja de impuestos puede provocar un agujero en la recaudación. El efecto de las subidas tributarias se agota en 2015. La inflación baja no ayudará a ingresar más. Y el consumo nacional ha estado creciendo durante 2014 por encima de lo razonablemente sostenible.

Así las cosas, la previsión de ingresos bien podría ser cuestionada por una Comisión Europea que ha de validar los Presupuestos y que por boca de Olli Rehn ya precisó que se necesitaban más medidas de ajuste si España quería alcanzar el 4,2 por ciento de déficit comprometido con Bruselas. No en vano, el Consejo Europeo ya impuso antes del verano que se concretasen los recortes en las Comunidades.

De modo que el Gobierno de Rajoy probablemente tendría que ajustar más sus cuentas de 2015 de no ser porque algo está cambiando en el panorama europeo: Francia e Italia están completamente decididas a incumplir con el déficit para poder estimular su crecimiento y escapar del estancamiento; Draghi va a seguir financiándolo con toda la artillería disponible y Merkel mirará para otro lado siempre y cuando se adopten reformas. Y ésa parece la jugada en la que se apoyan los Presupuestos del 2015 en pleno año electoral. Que nos vuelvan a dar tregua con la consolidación presupuestaria.

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