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Economía

Radiografía del emigrante laboral: hombre, de 25 a 34 años y empleado en agricultura

Imagen de archivo de un tractor.

Emigrar en busca de un trabajo ya no es una opción para muchos españoles, sino una necesidad. Cada vez son más los nacionales que, empujados por la escasez de oportunidades laborales que les ofrecen sus ciudades de origen, deciden hacer las maletas y probar mejor suerte... en otra provincia española.

Así lo reflejan los datos de migración interprovincial del primer trimestre de 2014, periodo en el que se ha detectado la tasa de movilidad más alta desde 2010, situándose en el 12,48%. Según un informe de la empresa de recursos humanos Randstad, en el que analiza la relación entre los contratos que implican movilidad a otra provincia y el número total de contratos firmados independientemente del tipo que sean, 12 de cada 100 firmantes aceptaron desplazarse para un puesto en otra provincia.

De los 3.557.000 contratos realizados en los tres primeros meses del año, más de 444.000 han estado motivados por la migración, ya que el trabajador ha conseguido formar parte del mercado laboral en una provincia distinta a la de su última residencia.

Los datos del Servicio Público de Empleo sirven también para establecer el perfil del trabajador migrante, pese a que la tasa de paro no es precisamente homogénea y a que hay determinados grupos de edad mucho más afectados, repartidos por todo el territorio nacional. Para Randstad, "si bien a nivel nacional la tasa de movilidad se sitúa en el 12,48%, se aprecia que es superior en hombres (14,8%) que en mujeres (9,4%)".

Madrid es la comunidad que recibe a más trabajadores, con un saldo positivo de 37.532

Además del sexo, la edad también tiene una relación directa con la movilidad de los profesionales. En este sentido, el estudio refleja que las edades donde la movilidad es más elevada abarca entre los 25 y los 34 años, con un 14,1%, seguido de la franja comprendida entre los 35 y los 44, con un 12,8%.

Contratos que implican movilidad

La agricultura es el sector con una tasa de movilidad más elevada. Aunque apenas un 5 por ciento de los ocupados en España está empleado en él, más del 27% de los contratos registrados han motivado un cambio de residencia para el profesional en cuestión. Algo que contrasta con el sector servicios, que es el que, en términos absolutos, engloba más contratos que implican hacer las maletas.

Sin embargo, tiene una tasa de movilidad inferior al resto. "El 76% de los trabajadores españoles desarrolla su actividad en el sector servicios, pero sólo el 57% de los contratos firmados han implicado movilidad", señala el informe respecto a un país en el que uno de cada tres ocupados no ha dejado nunca su municipio de residencia desde su nacimiento pero en el que más de un 37% de los ocupados ha cambiado de localidad dentro de la misma provincia al menos una vez para trabajar.

En el primer trimestre 12 de cada 100 firmantes aceptaron desplazarse para un puesto en otra provincia

Industria, por su parte, se sitúa con una tasa de movilidad por debajo de la media nacional. En este caso, el 7% de los contratos implica que el trabajador cambie de provincia para acceder al empleo, mientras que el sector representa al 13,6% de los profesionales ocupados.

Madrid, "la más receptora"

Por razones obvias, el saldo oscila de forma más que notable entre las distintas Comunidades Autónomas. En este apartado, apenas hay sorpresas. Es decir, Madrid es la comunidad que recibe a más trabajadores, con un saldo positivo de 37.532. A la capital le sigue Andalucía, con 7.531; Murcia, con 4.146, y el País Vasco, con 2.624. A la cola de las receptoras se sitúan Baleares, con 1.651, y Navarra, con 1.492.

En el lado opuesto, castellano-manchegos, casellano-leoneses y aragoneses son a los que más le toca dejar su tierra y emprender el camino de 'huida'. En lo que llevamos de año, estas son las tres comunidades donde más trabajadores tuvieron que emigrar por motivos laborales al registrar un saldo negativo. Castilla-La Mancha ha finalizado el trimestre con un -16.443, Castilla y León con -7.469 y Aragón con -6.569.

En definitiva, el saldo migratorio es positivo en seis comunidades autónomas mientras que otras once son emisoras de fuerza laboral, incluyendo a Extremadura, La Rioja, Galicia, Cantabria, Asturias, Comunidad Valenciana, Cataluña y Canarias. Analizando estos mismos datos pero por ciudades, del informe se desprende que hay provincias que se consideran receptoras de trabajadores porque entran más asalariados a desarrollar su actividad de los que salen.

Entre estas se encuentran Jaén, con un saldo de 16.939, e indudablemente Barcelona, con 11.935, y Madrid, que supera la barrera de los 10.000. A poca distancia se sitúa Huelva, con 9.795. Por su parte, como provincias más emisoras se posicionan Cádiz, Sevilla, Toledo, Zaragoza y Lérida, todas ellas con una diferencia negativa superior a los 5.000 trabajadores.

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