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Economía

La receta de Rubalcaba contra la crisis: castigo de 80.000 millones a las grandes fortunas vía impuestos y nueva sangría de gasto

El plan del Partido Socialista “para la reactivación de la economía y el empleo” se contiene en 50 folios que no incluyen una memoria que permita precisar su coste en términos de déficit y de deuda. Alfredo Pérez Rubalcaba dijo ayer que la memoria llegará cuando esta alternativa se despiece en iniciativas parlamentarias, “aunque hay medidas que no son cuantificables”.

Las iniciativas que sí van acompañadas de números suman 61.000 millones de euros, más de seis puntos de PIB. Entre ellas figura la petición de un segundo rescate a la UE para que libere 30.000 millones del crédito que Bruselas concedió a la Banca y no se ha utilizado. Este dinero se destinaría a la financiación de las empresas y a la reestructuración de la deuda de las familias, la mayoría de ella de naturaleza hipotecaria. El Eurogrupo ya ha advertido que este paso no es viable, pero Rubalcaba insiste: “Hace falta una recapitalización preventiva porque con los niveles de morosidad que hay, si no se toman medidas es inevitable que se produzca una segunda ronda de rescate de nuestro sistema financiero”. Mariano Rajoy recurrió la semana pasada a una especie de “oído cocina”, despreciando olímpicamente una propuesta que, en opinión del Gobierno, implicaría ir a un rescate con mayúsculas, justamente lo que se ha querido evitar desde noviembre de 2011.

El PSOE propone recuperar 30.000 millones del rescate bancario para dárselo a las empresas, dedicar 20.000 más a favorecer el autoempleo, otros 10.000 para evitar los desahucios y 1.000 contra la pobreza

La receta socialista incluye también la creación de un fondo público para favorecer el autoempleo y la internacionalización de las empresas, dotado con 20.000 millones de euros, al que se sumaría otro plan alimentado con 10.000 más para evitar nuevos desahucios. “Las eventuales pérdidas las asumirían entre el Estado y la entidad que vende el crédito”, se lee en el informe, lo que da a entender que los balances de los bancos sufrirían otro hachazo añadido. La última medida que el PSOE cuantifica suma otros 1.000 millones al gasto público, dentro de un programa específico orientado a combatir la pobreza.

En la variable socialista hay otras muchas propuestas que no van escoltadas de su coste económico. Las más importantes son las siguientes: una moratoria hasta 2015 para los despidos en empresas en crisis, con un reparto de cargas al 50% entre el Estado y los trabajadores. Reducciones de jornadas financiadas por los Presupuestos públicos. Bonificaciones en las cotizaciones sociales para las empresas de menos de 50 trabajadores que contraten a parados. Créditos públicos de hasta 30.000 euros para las sociedades que hagan contratos indefinidos. Convenios con las comunidades autónomas con tasas de desempleo superiores al 30% para proteger a los parados con cargas familiares y baja cualificación. Abono por parte del Estado del 50% del Salario Mínimo Interprofesional para todos los contratos en prácticas. Ayudas de hasta 30.000 euros por cada puesto de trabajo creado por los autónomos. Recuperación de los 426 euros mensuales para los parados que hayan agotado esta prestación y restablecimiento del derecho al subsidio por desempleo, según estaba regulado antes de la reforma del año pasado.

La alternativa socialista para salir de la crisis incluye la reposición de los 426 euros mensuales a los parados que hayan perdido esta prestación

Parte de esta barra libre para el gasto público se vería compensada, según Rubalcaba, si la recaudación tributaria aumentara en 80.000 millones de euros, más de 8 puntos de PIB, en su opinión el recorrido fiscal que le falta a España para colocarse en la media de los países de la UE. “Tienen que pagar más las grandes fortunas, las grandes corporaciones, los que más heredan”, explicó este lunes el secretario general del PSOE.

Sus recetas fiscales están recogidas en el documento que ayer aprobó la ejecutiva socialista en estas propuestas: integración en el Impuesto sobre la Renta de la tributación de toda la riqueza patrimonial del contribuyente, a partir de un mínimo exento. Equiparación de las rentas del capital con las del trabajo, revisando todas las deducciones del IRPF. Fijación de un mínimo homogéneo en el Impuesto sobre Sucesiones en todas las comunidades autónomas. Revisión de todas las deducciones en el Impuesto sobre Sociedades y, por último, el consabido aumento de la lucha contra el fraude fiscal.

Rubalcaba defiende que se integre en el Impuesto sobre la Renta toda la riqueza patrimonial del contribuyente para aumentar la recaudación

El grado de confianza que Rubalcaba tiene en que el Gobierno pacte con el PSOE estas propuestas se refleja en el hecho de que la alternativa haya sido dada a conocer antes a la prensa, a través de sucesivos pildorazos, que al propio presidente, que lo recibirá en breve por sobre en La Moncloa. Ninguna de estas iniciativas con tanto volumen de gasto fueron tomadas por el anterior Ejecutivo, del que se heredó un déficit próximo al 10%, cosa que explica tal vez que el pasado miércoles, Rubalcaba le dijera a Rajoy mirándole a los ojos: “Ni la de Zapatero ni la de Rajoy, no me diga usted a mí que le estoy proponiendo volver a políticas equivocadas, yo le propongo la política de Rubalcaba, para que quede absolutamente claro…”. 

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