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Economía

El PSOE se lava las manos en el decreto de Nadal para el cierre de las centrales eléctricas

El ministro de Energía, Álvaro Nadal

Después de meses negociando con el Ministerio que dirige Álvaro Nadal, el PSOE está fuera de la convalidación de la norma con la que el responsable de Energía pretende controlar aún más el cierre de las centrales eléctricas: ante las dificultades de llegar a un acuerdo que sumara al PSOE en su convalidación en el Congreso, el ministro decidió presentarlo como real decreto. De esta manera, deja al margen al partido de Pedro Sánchez, que se desvincula de la nueva normativa y tiene vía libre para criticarla, ahorrándose cualquier debate interno entre las zonas mineras y el sector ecologista del partido.

La dirección federal desconfía del decreto que aprobó el Consejo de Ministros el pasado noviembre y sostiene que su verdadero objetivo ni siquiera es apoyar el carbón nacional. El borrador se conoció poco después de que Iberdrola anunciara el cierre de las térmicas en Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), pero Nadal pretende que tenga carácter retroactivo, algo que los socialistas dudan que pueda aplicarse. 

La norma introduce nuevos requisitos para poder cerrar una central eléctrica, pero, aunque el debate, y especialmente entre los partidos, se ha centrado en el carbón, el PSOE cree que el verdadero objetivo del Gobierno es dar "una sobre retribución para las eléctricas que se apunten a la prórroga nuclear".

Su novedad estriba en introducir la posibilidad de que una compañía se haga cargo de una central eléctrica si su propietaria decide echar el candado. Para ello, se abriría un concurso al que, en principio, no se podría presentar la cesante y en el que se introducirían ayudas públicas. No obstante, tras la reunión que mantuvo con los presidentes de Asturias y Castilla y León y con el primer ejecutivo de Iberdrola, Nadal se plantea la posibilidad de que en esas subastas también puedan intervenir las compañías propietarias de las instalaciones.

Durante la negociación con Energía, que en un primer momento lo presentó como un Real Decreto Ley (que exigía su convalidación en el Congreso), el PSOE vinculó su posible apoyo a una nueva condición indispensable: que para poder optar a esas subvenciones, las térmicas tengan que utilizar carbón nacional. Pero Nadal, explican fuentes socialistas, lo rechazó y, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, reaccionó a la decisión de Iberdrola en sus térmicas presentando un Real Decreto, que ya no tiene que pasar por la Cámara Baja y que ahora está pendiente de la CNMC y de Bruselas. 

Esta maniobra les deja fuera de la norma, pero en Ferraz recalcan que, en todo caso, ya había una posición fijada y todos estaban de acuerdo en rechazar la norma tal y como estaba planteada. Y aseguran que si Nadal acaba llevándola al Congreso de los Diputados en esos términos, no lo respaldarán.

El PSOE decidió rechazar la propuesta de Nadal y todos estaban de acuerdo: en las federaciones del sector minero y la facción 'verde' del partido

En eso estaban de acuerdo todos, los territorios del sector minero y el alma 'verde' del partido, que tiene en la presidenta del partido, Cristina Narbona, uno de sus principales exponentes. Según defienden desde una de estas federaciones afectadas, ahora mismo "no hay tensiones" porque el PSOE ha logrado un equilibrio apostando claramente por las energías renovables pero defendiendo que la energía de respaldo en esta transición deberá ser el carbón autóctono.

"Durante los próximos diez o quince años se va a seguir quemando carbón y queremos que se queme el nuestro, porque ahora quemamos mucho, pero importado", recalca un dirigente socialista. El carbón importado, añade, es más barato, pero su impacto desde el punto de vista social y económico es "terrible". Y medioambientalmente, igual de contaminante. 

La dirección del partido apuesta por una transición sostenible para el sector y, por eso, hubiera apostado por un mecanismo de ayuda al carbón nacional, pero insiste en que lo que no casa ni con la política energética ni con la climática es establecer incentivos para importa recursos energéticos emisores. "Es el límite, no tiene ni pies ni cabeza", señalan, desde Ferraz. 

Tensiones por una moción con Podemos

El PSOE ve ya desde la barrera los planes del Ministerio de Nadal y sus tensiones con el Departamento de Medio Ambiente, en manos de Isabel García Tejerina, que se opone a los planes de Energía de prolongar el uso del carbón, ni siquiera apelando al precio del mix energético.

Eso sí, el equilibrio es tan delicado que la polémica puede saltar en cualquier momento. Así ocurrió el pasado octubre, cuando el PSOE apoyó una moción de Podemos para retirar los pagos por capacidad a las centrales que superen emisiones de CO2, como ocurre en todas las térmicas de carbón, y que se interpretó como un llamamiento a adelantar su cierre a 2020.

La votación supuso un pequeño terremoto interno y el entonces líder del PSOE en León, Tino Rodríguez, llegó a enviar una carta a Pedro Sánchez pidiéndole una rectificación "inmediata" de una posición que "asesta un duro golpe al carbón". El secretario general del PSOE trató de zanjar el asunto, que también fue aprovechado por el PP para cargar contra los socialistas, con una visita a Valladolid, en la que quiso dejar claro su "total compromiso" con el carbón autóctono. 

Sánchez admitió que el voto de la moción había generado "confusión" pero insistió en la defensa de la utilización del carbón nacional y adelantó que el PSOE presentará una iniciativa parlamentaria para que una parte de los ingresos de las subastas de renovables puedan dirigirse a las cuencas mineras.  

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