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Economía

La Casa Real confiesa sin querer irregularidades en la herencia que recibió el Rey de su padre

Las deudas de Don Juan cancelaron la herencia de Don Juan Carlos, según Zarzuela

La Casa Real salpica al Rey por partida doble. Cuatro meses después de que se publicara la herencia recibida por el monarca, Zarzuela asegura que no dispone de la documentación sobre si el Rey pagó impuestos por aquel testamento porque Don Juan Carlos no la ha pedido y porque la Agencia Tributaria no remite esos datos si no los solicita el contribuyente en persona. La explicación de Zarzuela responsabiliza personalmente a Don Juan Carlos de que no se haya dado la documentación, pese a que los apoderados del Monarca pueden representarle ante el fisco.

Los subinspectores de Hacienda han mostrado ya su extrañeza por la falta de documentación con la que se tramita cada herencia. “Lo normal –afirma José María Mollinedo, secretario General de GESTHA, el sindicato de técnicos de Hacienda—es que las familias dejen dentro de las escrituras de herencia las hojas con el pago de los impuestos por sucesiones”. En esas hojas viene estampillado que se ha pagado la herencia. Sin embargo, la Casa Real asegura que no conserva ni esa documentación adjunta ni la estampilla en las escrituras de la herencia. En cualquier caso, concluyen los técnicos de Hacienda, esa información debiera seguir en las notarías y en los registros de la propiedad que intermediaron.

Zarzuela no tiene documentos pero sí la "convicción" de que el Rey ha pagado sus impuestos

Tras las cinco casualidades aducidas por Hacienda en torno a la Infanta Cristina, ahora, la Casa Real añade una coincidencia más: la herencia de Don Juan y las deudas que acumuló coincidieron al céntimo, hasta el punto de que Don Juan Carlos utilizó lo recibido para pagar lo debido, según la explicación oficial de Zarzuela. Nunca un capítulo y otro coinciden exactamente. Tal suele ser la discrepancia, que el derecho sucesorio creó la posibilidad de la renuncia ex ante para aquellas herencias en las que los pasivos superaban los activos.

Sin embargo, Zarzuela explica que las cantidades que el padre del Rey debía y las que cedía a sus hijos coincidieron exactamente por lo que el pago por el Impuesto de Sucesiones sería cero. La Casa Real, sin embargo, no dispone de documentos para probar esa coincidencia pero sí de la “convicción de que se pagaron los impuestos correspondientes”. 

Irregularidades en los trámites legales

Pero incluso si esa coincidencia existiera, la explicación de Zarzuela implica que se habría vulnerado la normativa vigente en 1995. Según la Ley 29/1987 de 18 de diciembre del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, el Rey debía recibir su herencia tras descontar las deudas de su padre. Según el artículo 9.a de esa ley, se tributa por “el valor real de los bienes y derechos minorados por las cargas y deudas”. Así se fija el llamado “caudal hereditario” por lo que Don Juan Carlos pagaría impuestos.

Sin embargo, Zarzuela asegura que el Monarca recibió primero la herencia y utilizó ese dinero para pagar las deudas de su padre después, sin respetar los trámites que establece la Ley de Sucesiones. La Agencia Tributaria afirma que no puede dar información porque la Ley General Tributaria en su artículo 95 le impide informar sobre operaciones concretas. Fuentes internas de la Agencia aseguran que incluso la vulneración del procedimiento tampoco tendría ya relevancia penal porque incluso aunque se superaran los 120.000 euros defraudados, el delito fiscal habría prescrito en el año 2000. 

Una herencia con muchos rastros tributarios

La falta de documentación resulta todavía más difícil de creer si se examina la secuencia de movimientos económicos que implicó, afirman los expertos tributarios consultados: "la herencia de Don Juan a sus hijos debió dejar muchos rastros fiscales", afirman. Esa herencia se repartió entre el Rey Don Juan Carlos y las infantas y hermanas del monarca, Pilar y Margarita y ascendía a 1.100 millones de pesetas estructurada de la siguiente forma, según recogía la escritura de su testamento:

  • 728,75 millones de pesetas en fondos depositados en tres cuentas en Suiza, una en Ginebra y dos en Lausana. Los saldos de la liquidación y pagos de deudas debían ser reportados al fisco.
  • Y tres propiedades inmobiliarias valoradas cuyo valor oscilaba entre los 350 y los 371,25 millones de pesetas: un chalé familiar en Puerta de Hierro (Madrid), un apartamento en Estoril (Portugal) y, por ultimo, parte de un inmueble de oficinas en la Gran Vía madrileña. Las compraventas inmobiliarias han de registrarse también ante Hacienda.

A esta hora, la Casa Real vuelve a apelar a los mismos argumentos con los que resolvió el episodio fiscal de la Infanta: a la "casualidad" en las cifras y al silencio de una Agencia Tributaria que no puede informar sobre un contribuyente concreto salvo que se lo reclame la Justicia.

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