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Economía

¿Cómo suben los ingresos un 6% con la economía creciendo al 1%? Las cuentas de Montoro tienen segunda lectura

Los ingresos van un poco peor de lo anunciado una vez se examina la letra pequeña. Y ello podría obligar al Gobierno a recortar más el gasto o subir algunos impuestos si de verdad quiere cumplir con el déficit en 2015.

La versión oficial es que los ingresos marchan como una moto. La recaudación crece incluso bastante por encima de lo que avanza la economía, en torno a un 6 por ciento según los datos de la Agencia Tributaria a mayo de 2014. No importa con qué alto cargo del Ministerio de Hacienda se hable. Empezando por el propio Montoro, todos sacan pecho porque las cuentas van muy bien.

Y aunque no les faltan motivos para respirar con alivio después de haber pisado el filo del precipicio, también hay otro lado de la historia. En realidad, incluso con la recaudación engordando a tasas del 6 por ciento, los ingresos evolucionan bastante más apurados de lo que Hacienda intenta transmitir.

Los Presupuestos de 2014 se confeccionaron sobre un avance de liquidación de 2013 que nunca se cumplió. Dichas cuentas anticipaban unos ingresos impositivos por valor de 174.562 millones al cierre de 2013. Sin embargo, la realidad fue que la recaudación de ese ejercicio acabó muy por debajo, en los 168.847 millones. Y semejante desfase lo complicó todo. Con el objetivo de 2014 cifrado en los 178.632 millones, ahora hay que conseguir exactamente unos 10.000 millones más si se pretende alcanzar la meta de ingresos fijada en los Presupuestos. O lo que es lo mismo, hace falta que los ingresos sigan creciendo en torno a un 6,5 por ciento. No hay más. Sencillamente están aumentando lo justo para cumplir con el ajuste presupuestario.

Y en contra de lo que sostiene Hacienda, ello significa que existe poco margen por el lado de los ingresos para afrontar en 2015 una bajada de impuestos al tiempo que se cumple con el déficit. La historia de los desequilibrios presupuestarios vuelve a enturbiarse justo cuando se vislumbraba un final feliz…

“La evolución de la recaudación en estos momentos se mueve dentro de lo previsto y si se mantuviese alrededor del 6 por ciento permitiría que se alcanzase la meta prevista. No obstante, los ingresos homogéneos, aquellos que suprimen el efecto del calendario de devoluciones, se sitúan en el entorno del 4 por ciento, y además los datos de Sociedades e IRPF todavía no son lo suficientemente significativos con la información disponible a 31 de mayo. Lo más probable es que se cumpla en 2014. Y eso no es poco. Pero no seamos triunfalistas. Los ingresos no van a conceder tanta holgura para 2015, cuando hay que bajar impuestos y cumplir con un ajuste presupuestario por encima de los 10.000 millones”, explicó Jesús Gascón, exdirector general de Tributos y autor del libro ‘Diagnóstico y Propuestas para una reforma fiscal’, en los Encuentros Tributarios organizados en ICADE por la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda.  

¿Unos ingresos sostenibles?

¿Y cómo es posible entonces que los ingresos estén creciendo a ritmos del 6 por ciento cuando la economía apenas repunta al 1? Pues porque estas cifras esconden algunos factores que están hinchando los datos. En primer lugar, hay que eliminar el efecto de los retrasos en el calendario de devoluciones. Si se ajusta este retraso respecto a una campaña tipo, entonces esos ingresos bautizados como homogéneos están creciendo sólo un 4,7 por ciento, según los datos que proporciona la Agencia Tributaria.   

Pero si además examinamos las medidas adoptadas por Hacienda de cara a 2014, éstas tendrán este año, según la Agencia Tributaria, un impacto del entorno de los 1.900 millones de euros. Es decir, a finales de año los ingresos habrán crecido casi 2.000 millones simplemente por unas subidas de impuestos que no tendrán ese efecto multiplicador en 2015. Y si se restan estas alzas tributarias, entonces los ingresos realmente estarían subiendo de forma orgánica en torno a un 2 por ciento, algo más cercano a la proyección de crecimiento.

Y aún así, otros dos fenómenos también podrían estar dopando los ingresos tributarios, en especial los de IVA. Por un lado, el consumo ha estado expandiéndose en los últimos meses por encima de la renta disponible. Es decir, las familias han tirado del ahorro para hacer compras. Y si bien esto puede considerarse una señal de confianza, también implica que de continuar así las cosas el crecimiento de la recaudación por IVA no es muy sostenible.

Por otro lado, la subida del IVA se aprobó con la economía en recesión. Ahora que por fin la actividad se despereza y crece, el efecto de los tipos más altos del IVA se ha de reflejar brindando una mayor recaudación.

En definitiva, este análisis simplemente apunta que tamaños repuntes del 6 por ciento en las arcas no son sostenibles y que, por lo tanto, el margen por el lado de los ingresos es menor de lo que vende Hacienda para 2015, máxime después de haber diseñado una reforma tributaria mucho más cara de lo que planeaba Montoro debido a los preocupantes resultados de las todavía recientes elecciones europeas.

Si además hay que encajar en las cuentas de 2015 una rebaja de impuestos del orden de los 6.000 millones de euros en términos brutos, entonces el objetivo de déficit con un periodo electoral de por medio se antoja harto complicado. Por mucho que el crecimiento y la mayor renta disponible pueda compensar una parte del agujero creado en las cuentas por el recorte tributario. O que la caída del gasto en prestaciones de desempleo brinde un alivio sustancial a las cuentas. El riesgo de desviación presupuestaria en 2015 sigue ahí una vez se examina la letra pequeña de las cifras de recaudación. Menos mal que han contabilizado la prostitución y el contrabando en el PIB de manera que éste se eleve y reduzca la ratio de déficit y deuda sobre PIB.

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