Quantcast

Economía

Un documento interno de Renfe defiende la liberalización de la operadora pero no su privatización

Un tren de Media Distancia S-449 estacionado en Chamartín, en Madrid.

La guerra larvada que libran dos facciones del Ejecutivo dentro de Renfe Operadora cada vez es más difícil de tapar. Por un lado, están los llamados económicos o anglicistas,  representados por el Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro y, en menor medida, también por el de Economía. Por otro, están los blandos o germanos, todos ellos procedentes de Fomento empezando por su responsable, Ana Pastor, y continuando por el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar. Unos quieren acelerar la privatización total de la operadora, otros defienden la liberalización gradual, pero siempre preservando la primacía de la compañía ferroviaria. De hecho, un documento procedente de Renfe circula estos días por los despachos del Gobierno defendiendo la segunda tesis, la de Pastor y compañía, según ha podido conocer este medio.

La circular, de 22 páginas, recoge la visión liberalizadora, que dice que hay que mantener una operadora ferroviaria fuerte, independientemente que sea pública, privada o mixta. La razón esgrimida es que una Renfe unida y no dividida será mucho más fuerte y estará en mejores condiciones de competir en el extranjero que una operadora despiezada, en la que intervengan varios agentes privados y en la que confluyan múltiples intereses. La propuesta del texto es un híbrido entre la Deutsche Bahn alemana, de perfil mixto, y la Société Générale de Chemins de Fer francesa, pública 100% pero muy competitiva fuera del hexágono. El sector blando recela de los ferrocarriles ingleses, caros y, es verdad, en franco declive.

El informe, bueno es recordarlo, no solo confronta con la visión de Hacienda, partidaria de privatizar cuanto antes para hacer caja; choca, también, con otro documento de Ineco publicado por El País a principios de mayo que apostaba por la privatización total de Renfe Operadora antes del 1 de enero de 2014 a través de una Oferta Pública de Venta (OPV). Guerra total en el seno del Gobierno, pues.

Pomar, contrario

Por si fuera poco, los blandos ya han hablado en público. El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, no podía ser más claro el pasado viernes: “Los modelos radicales de liberalización sólo acentúan los problemas”. Ana Pastor tampoco ha permanecido callada. Ayer por la mañana, durante la inauguración del Encuentro Empresarial de Infraestructuras, la ministra hizo una referencia a la expansión de Renfe y otras compañías privadas españolas en el exterior cargada de doble lenguaje: “Abogo por un marco legal en las alianzas público-privadas que facilite el desarrollo de infraestructuras en Iberoamérica”. Mientras tanto, los Montoro, De Guindos, Nadal y compañía guardan silencio.   

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.