Quantcast

Economía

Las increíbles matemáticas de Rajoy al hablar de la Administración: dice que ahorrará 29.000 millones pero sólo se justifican 7.000

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su despacho.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en un alarde de creatividad el Gobierno nazi llamaba a las retiradas de sus tropas 'avances elásticos'. Un poco más escaso de imaginación, el Ejecutivo de Rajoy ha bautizado su falta de coraje para atajar el tamaño del Estado como ‘reforma de la Administración’. Cosas de la química: allá donde reforma habitualmente significa recorte, la acepción cambia en cuanto se le añade el término Administración.

Ni corto ni perezoso, a Rajoy le dio este lunes por hacer números durante unas jornadas internacionales sobre reforma de la Administración. Y la elefantiásica cifra que parió debió dejar a la calculadora en una camilla postrada por el esfuerzo. En lo que llevamos de crisis, gracias a dicha reforma de la Administración, el Gobierno ha conseguido ahorrarse 7.384 millones de euros. Y para finales de 2015 la cifra ascenderá a los 28.898 millones... Y se quedó tan ancho. ¿Saben a cuánto equivalen unos 29.000 millones? Pues, por ejemplo, al conjunto de lo que se gasta en prestaciones por desempleo, o prácticamente a todo lo que se desembolsa para hacer frente a los intereses de la deuda, es decir, los dos principales capítulos de gasto después de las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Desgranado por sectores, esos 29.000 millones se sitúan un poco por debajo de lo empleado en Educación o en Sanidad.

Las 219 iniciativas de reforma se pueden resumir en menos burocracia, mejoras en la gestión y eliminación de duplicidades y organismos. Nada que justifique tanto como 29.000 millones

¿De dónde aflora entonces tamaña cifra cual tocada por un increíble crecepelo? Pues examinemos el informe fechado a diciembre de 2013 sobre la evolución de la reforma de la Administración. Por más que revisemos las 22 páginas, apenas se detallan ahorros para la Administración salvo dos: en 24 meses se han conseguido 123 millones de ingresos por ventas de patrimonio del Estado y 45 millones de ahorros por renegociar los contratos de arrendamientos. Sólo que el objetivo eran algo más de 2.000 millones en tres años.

No obstante, Rajoy brindó algún ilustrativo guarismo más. La sustitución de las notificaciones y comunicaciones postales por las electrónicas representa un ahorro de 469 millones para el Estado. Y por la centralización de contratos se han obtenido más de cien millones de ahorro. Así que ya llevamos en total unos 737 millones.

Un repaso rápido permite resumir las 219 iniciativas de reforma de la Administración en una simplificación de la burocracia, mejoras en la gestión y la eliminación de duplicidades y organismos. Nada que justifique tanto como 29.000 millones incluso si se han suprimido unos pocos entes. De hecho, según el informe, después de dos años todavía queda por completar el 80 por ciento de las medidas.

Más bien parece que el grueso del ajuste se achaca al capítulo de personal. Sin embargo, pese a que se han congelado los salarios y a que de acuerdo con los datos de la EPA el empleo público se ha recortado en unos 420.000 efectivos, la partida de gasto en personal sigue prácticamente en cotas de 2008, año pico de la burbuja.

Según un informe de diciembre de 2013, después de dos años aún queda por completar el 80% de las medidas

Después de haber restituido la paga extra de Navidad a finales de 2013, el desembolso en remuneraciones salariales del conjunto de las Administraciones sólo se ha rebajado en 2 años en unos 6.000 millones desde los máximos alcanzados en 2011, sobre todo debido a las jubilaciones que no se reponen. Unos sueldos que de todas formas en parte sigue pagando la Administración porque muchos de ellos pasan a ser clases pasivas.

Otra explicación razonable de que este gasto no baje tanto estriba en que una parte de esos empleos destruidos se han podado en las empresas públicas que no consolidan presupuestariamente y, por lo tanto, no aparecen en las cuentas. Amén de la subida salarial que aprobó De la Vega en 2009.

De modo que se antoja bastante difícil que los ahorros lleguen a los 29.000 millones por arte de birlibirloque. Máxime cuando el mismo presidente y su ministro de Hacienda insisten en que el tamaño del Estado está bien y que ya no hace falta recortar más. El problema radica en los ingresos, argumentan tras haber subido la presión fiscal sobre todo lo que se movía sin grandes resultados. Señor presidente, ¿de dónde va a sacar los 22.000 millones que aún le quedan de la reforma de la Administración? Por favor, desglóselos.

El gasto público se situará cerca del 46% del PIB a finales de 2013, niveles cercanos a los alemanes. Sólo que en España nunca se ingresó más del 41%

La vicepresidenta Sáenz de Santamaría añadió este lunes que la reforma de la Administración es ‘non stop’. Pero bien pronto que se frenó en cuanto los ayuntamientos se quejaron de que las diputaciones no se podían inmiscuir en sus competencias. En esta reforma caracterizada por el 'doublespeak' orwelliano, en lugar de suprimir las diputaciones, éstas se refuerzan. En lugar de cerrar una empresa pública, ésta se fusiona con otra sin aplicarse un solo tajo. 

Lo que sí que no cesa es el gasto público, que a finales de 2013 se situará cerca del 46 por ciento del PIB, unos niveles similares a los de Alemania. El presidente razonó que en otros países se gasta incluso más. Sin embargo, en esos otros países se recauda mucho más, y en España sólo hemos logrado ingresar el 41 por ciento del PIB en el mejor de los mundos que suponía la madre de todas las burbujas. Menos mal que la reforma fiscal va a bajar impuestos.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.