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Economía

El contrainforme de Bankia acusa a los peritos de ocultar datos para poder mantener sus tesis

José Ignacio Goirigolzarri, presidente del grupo BFA-Bankia.

Todo vale en la guerra. Con independencia de que ésta se dirima entre peritos. El contrainforme de Bankia, elaborado por el catedrático de Economía Financiera y Contabilidad Leando Cañibano, pretende no sólo cuestionar el análisis técnico de los peritos Antonio Busquets y Víctor Sánchez Nogueras que colaboran con el juez Fernando Andreu en la instrucción del caso Bankia. Para ello, Cañibano se vale de continuas apostillas del estilo "valoraciones personales", "equivocaciones", "conjeturas, o "poca congruencia" salpicadas por las 261 páginas de su informe, al que ha tenido acceso Vozpópuli. Las críticas del catedrático van incluso más allá de la propia consideración técnica. Incluso llega a acusar a los dos peritos del Banco de España de silenciar diferentes datos significativos para poder mantener su teoría de que las cuentas de Bankia estaban falseadas en su salida a Bolsa.

"Los peritos parecen utilizar de manera incompleta y, por tanto, subjetiva, la información disponible, citando sólo la que favorece a sus tesis, omitiendo la consideración o, al menos, no mencionando, la que aporta evidencias en contra de las mismas", sostiene Cañibano. Así, cita como Busquets y Sánchez omitieron varias inspecciones del Banco de España, haciendo referencia, sin embargo, a aquellas "que sólo concuerdan con su postura".

En este sentido, el perito de Bankia confirma que "resulta significativo que no se citen las actas de inspección de Caja Madrid y Bancaja, formuladas en momentos previos al cierre de 2010, en las que no se realiza consideración alguna en relación con posibles dotaciones adicionales por correcciones de valor de las inversiones en dichas entidades". "Cuestión significativa", continúa Cañibano, "si se tiene en cuenta que las cifras de estos dos entidades suponen porcentajes cercanos al 90% del total de activos integrados en BFA (matriz de Bankia)".

"De entre las inspecciones realizadas por el Banco de España, se citan sólo las que concuerdan con su postura", asegura Cañibano

Lo que no explica Cañibano es sí tanto Busquets como Sánchez tuvieron acceso a toda la información de la que él dispuso para elaborar un contrainforme pagado por la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri. En su día, los dos peritos del Banco de España acusaron al grupo financiero de no facilitarle toda la información requerida sobre una serie de créditos problemáticos, lo que les impidió calcular exactamente si la reformulación de las cuentas del 2011 que realizó el actual presidente Jose Ignacio Goirigolzarri fue del todo correcta. Fuentes de Bankia, no obstante, aseguraron que a los peritos "se les dio toda la información que reclamaron y que nunca requirieron datos adicionales".

Los expertos argumentaron que no insistieron porque el banco había tardado mucho en contestarles. Una actitud que Cañibano critica con excesiva dureza. "No se entiende la razón por la que, si la información disponible les parecía insuficiente, no han solicitado información adicional a las entidades examinadas o, en caso contrario, si no podría disponerse de esta información en la medida necesaria, no se han abstenido de opinar, en vez de basar sus conclusiones en apreciaciones subjetivas", insiste el perito de Bankia. "No es necesario recordar que una conclusión realizada sin apoyo de la información oportuna es más una conjetura que una prueba fehaciente", sostiene.

Una de las principales tesis del informe de Cañibano es intentar demostrar que tanto Busquets como Sánchez han efectuado su análisis con información disponible en el presente, desconocida en 2011. Así, el catedrático critica a los dos peritos del Banco de España cuando hablan de "errores contables". "No nos parece adecuado confundir, como hacen los peritos, errores con cambios en las estimaciones, postura que se hace todavía menos aceptable si consideramos que la evaluación de los posibles errores se basa en información no disponible en el momento de formular las cuentas anuales de cada periodo, sino conocida posteriormente", subraya.

"Con las debidas consideraciones a la solvencia técnica de los autores de esta interpretación, cabe afirmar que no se han situado en el contexto existente cuando se formuló la respectiva información financiera, sino que, por el contrario, con el conocimiento logrado en fechas más cercanas al momento actual, han intentado reconstruir lo que, en su opinión, debería haber quedado reflejado en el pasado. Es obvio que no puede parecernos lícito juzgar el contenido de la información financiera formulada, por ejemplo, a finales de 2010, con la información disponible tres o cuatro años después", sostiene Cañibano.

"Los peritos han intentado reconstruir lo que, en su opinión, debería haber quedado reflejado en el pasado", insiste el perito de Bankia, que defiende que han llegado a sus conclusiones con la información conocida en 2014

El contrainforme de Bankia considera que las últimas cuentas que presentó el ex presidente Rodrigo Rato correspondientes a 2011 eran "conforme a la ley", aunque eso no impide que posteriormente fueran reformuladas por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri. Su reformulación, que transformó un beneficio de 309 millones en 2011 en unas pérdidas de 2.979 millones tras llega a Bankia en mayo de 2012, no se debió a errores contables sino a un cambio en las estimaciones al haber nueva información disponible. Las excepcionales circunstancias económicas que España en general y las entidades financieras en particular venían atravesando en los momentos finales de 2011 y principios de 2012 justificaban esos cambios, argumenta el informe. También fue determinante para BFA-Bankia acabar necesitando más ayudas públicas.

Un punto que también destaca el catedrático es en lo que considera una "incorrecta interpretación" que hicieron los peritos del Código de Comercio sobre reformulación de cuentas anuales. Cañibano señala que los dos inspectores no tienen en cuenta la provisión genérica para "calcular la incidencia de los supuestos errores contables en la determinación del patrimonio y los resultados del ejercicio de ambas entidades, pasando por alto que los ajustes que proponen, si se hubieran realizado, no habrían afectado ni al patrimonio ni a los resultados de Bankia y BFA", ya que había dinero suficiente. En sus declaraciones, los peritos argumentaron que no tuvieron en cuenta estas provisiones genéricas porque no podían computarse según la normativa internacional.

Explica que las provisiones "son superiores a los montantes" propuestos por los peritos, quienes no tuvieron en cuenta las provisiones genéricas, centrándose solo en las específicas. A 31 de diciembre de 2010, BFA contaba con provisiones por 2.901 millones de euros. Mientras, que a 31 de marzo de 2011, Bankia contaba con provisiones de 2.768 millones de euros, una cifra que bajó a los 2.257 millones a 30 de junio de 2011.
En el caso de que se hubieran aplicado los ajustes contables que defendía Busquets, el sobrante de la provisión genérica en el caso de las cuentas de BFA hubiera sido de 2.901 millones de euros y el de Bankia a 31 de marzo de 2011 de 1.691 millones. Si se hubiera tomado como referencia las cifras a 30 de junio de 2011, el sobrante habría sido de 103 millones. Por el contrario, si se hubieran considerado los ajustes de Víctor Sánchez, el sobrante de provisión en el caso de BFA hubiera sido de 2.124 millones de euros, en Bankia a 31 de marzo de 2011 de 1.443 millones y a 30 de junio de 2011 de 383 millones de euros. "Todo análisis de la situación patrimonial de una entidad de crédito pasa, ineludiblemente, por la contemplación de las dotaciones genéricas, de modo que no se comprende que esta importante partida no haya sido tenida en cuenta por los peritos", recalca el experto.

Cañibano insiste que las provisiones genéricas de BFA y Bankia en 2011 son superiores a los ajustes propuestos por los dos peritos, a quienes critica que no contabilizaran esta bolsa para cubrir pérdidas 

Especifica que el análisis de las dotaciones realizadas en el sector de las entidades de crédito muestra "no solo un crecimiento de los deterioros reconocidos, sino, además, unas cifras considerablemente más altas a medida que avanza 2011". Y cita a entidades como Santander, BBVA, Sabadell o Banesto que tuvieron que ampliar sus dotaciones por deterioro en el segundo semestre de 2011. "No estamos presentando una media de todo el sector (...) Sin embargo, estimamos que pone suficientemente de manifiesto que en el segundo semestre de 2011 se realizaron, al menos en las entidades consideradas, un 168% más de dotaciones por deterioro que en el ejercicio anterior", resume. En ese periodo de tiempo, Santander amplió sus provisiones un 131%, hasta los 2.364 millones de euros; BBVA un 211%, hasta los 2.907 millones; Sabadell un 165%, hasta los 1.448 millones de euros, y Banesto un 167%, hasta los 955 millones.

El catedrático explica que "ni durante el proceso de creación de BFA y Bankia ni con ocasión su salida a Bolsa, se formuló objeción alguna por el auditor o por los diferentes organismos intervinientes". Leandro Cañibano concluye que todos ellos disponían de “abundante información” acerca de ambos aspectos. "No formularon objeción alguna en relación con la valoración de las diferentes partidas de sus balances", lo que “pone claramente de manifiesto que la información disponible en cada momento no evidenciaba circunstancias diferentes a las tenidas en cuenta con Bankia y BFA al formular la información financiera correspondiente tanto a las cuentas anuales como intermedias”.

A juicio de Cañibano, la situación en que se produce la reformulación de las cuentas anuales de Bankia y BFA entra, sin duda alguna, en el calificativo de "excepcional", en la medida en que también era excepcional el estado de la economía española que ponen de manifiesto los hechos posteriores al cierre que motivaron la reformulación.

El experto independiente también hace mención en su informe de las diferencias númericas entre los informes de los dos peritos, cuyas propuestas sobre los ajustes que debía llevar a cabo BFA-Bankia difieren en 5.133 millones.

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