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Economía

Casi la mitad de las jubilaciones siguen siendo anticipadas a pesar de la reforma

En abril de 2013, el Gobierno de Mariano Rajoy dio una nueva vuelta de tuerca al acceso a la jubilación anticipada después de que Zapatero la elevase de los 61 a los 63 años. Desde ese mismo momento, si un trabajador busca jubilarse antes de la edad legal, entonces su pensión será menor y se le exige más edad y años cotizados para poder hacerlo.

La reforma se hizo con la intención de acercar la edad legal de jubilación a la real, un problema constante para la sostenibilidad de las cuentas de la Seguridad Social. Pues ni por esas. Pese a la reforma, el porcentaje de jubilaciones anticipadas no se ha alterado y sigue clavado en el entorno del 40 por ciento según los datos facilitados por el Informe Económico Financiero de la Seguridad Social publicado con ocasión de los Presupuestos de 2015.

En los ocho primeros meses de este año, casi la mitad de los trabajadores que se retiraron lo hicieron antes de los 65 años y 2 meses que les correspondía. De las 200.333 nuevas jubilaciones, más de 80.000 fueron tempranas, exactamente las mismas cifras que en un periodo idéntico durante 2013 y 2012.     

Y ello a pesar de que a principios de año la ministra Báñez declarase que las jubilaciones anticipadas se habían reducido un 6,5 por ciento gracias a su reforma.

A pesar de los coeficientes reductores que se les aplican, las pensiones que resultan de las jubilaciones anticipadas son bastantes más altas que las de la jubilación ordinaria

No obstante, todavía hay muchas jubilaciones anticipadas que están incluidas en convenios anteriores y que el Gobierno está respetando, lo que quizás explique en buena parte el fracaso de estas medidas.

De ordinario, la abundancia de jubilaciones anticipadas se achaca al elevado paro. En muchas ocasiones, las personas en edades cercanas al retiro pierden su empleo y tienen más dificultad para recolocarse, lo que les suele llevar a jubilarse en cuanto pueden, es decir, una vez se les ha agotado la prestación de desempleo.

Sin embargo, los datos más bien apuntan hacia una casuística algo distinta. A pesar de los coeficientes reductores que se les aplican, las pensiones que resultan de las jubilaciones anticipadas son bastantes más altas que las de la jubilación ordinaria. En 2014, un trabajador que se retira de forma anticipada cobra de media unos 1.467 euros mensuales, 266 euros más que un jubilado ordinario. Un fenómeno que se debe a que las jubilaciones tempranas se concentran en sectores con salarios más elevados y en los que la empresa suele ofrecer una salida pactada, es decir, un acuerdo de prejubilación.

Precisamente el Ejecutivo de Zapatero intentó poner coto a estas prácticas con la llamada enmienda Telefónica, que básicamente obliga a las empresas con beneficios a costear los gastos del paro cuando pacten prejubilaciones con sus empleados.

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