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Economía

Los grandes del Ibex confían al Rey su clamor a favor de una voz única en el equipo económico del Gobierno

La reunión que don Juan Carlos celebró a finales de agosto en Madrid con los grandes del Ibex no sirvió solo para que el Rey captase la intranquilidad empresarial por el retraso del Gobierno en sanear el sistema financiero, la falta de crédito y las dificultades para crear empleo. También le valió al monarca para constatar el clamor a favor de la creación de un vicepresidente económico, un tam-tam que ha vuelto a ser recogido por las antenas de La Zarzuela desde entonces en boca de algunos de los principales representantes de las finanzas. El tambor no suena de forma gratuita: un ministro del área económica reconoce en privado que en ocasiones tiene la sensación de estar sentado en un Gobierno de coalición.

Un ministro del área económica reconoce en privado que en ocasiones tiene la sensación de estar sentado en un Gobierno de coalición

Los integrantes del Consejo Empresarial para la Competitividad creen que don Juan Carlos puede vencer con su poder de seducción –llamadas directas a La Moncloa para influir en no pocos nombramientos en ciertas empresas, recados al oído de Rajoy sobre lo que conviene o no hacer en determinados contratos públicos…- el escaso éxito obtenido hasta ahora por banqueros y empresarios en su afán de disponer de un solo interlocutor en el área económica en un momento clave que llegará cuando España tenga que gestionar el próximo rescate.

No han sido pocas las ocasiones en que don Juan Carlos ha escuchado esta reivindicación de los empresarios. En anteriores reuniones del Consejo, sus miembros acordaron hacer oír su voz en las más altas instancias del Estado a favor de un liderazgo más potente en la política económica, ya que la situación ha cambiado mucho desde que se formó el Gobierno el pasado diciembre y ya no es suficiente, argumentan, con tener al presidente del Ejecutivo al mando de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Quieren decisión, claridad y firmeza.

Los empresarios reclaman un liderazgo más potente en política económica, conscientes de las divisiones que restan eficacia al actual equipo

La necesidad de un vicepresidente económico, compartida también por buena parte del Gabinete, se ha ido forjando entre los grandes del Ibex después de sus reuniones mensuales con distintos miembros del equipo de Rajoy. En julio lo hacían con Luis de Guindos y José Manuel Soria, cuando ya eran de sobra conocidas las tiranteces entre el titular de Economía y el de Hacienda y entre éste último y el de Industria, solo por citar dos focos de tensión de los varios que existen dentro del Ejecutivo.

Dos meses antes, el mismo foro empresarial elevó un informe al Gobierno, dulcificado a última hora, que contenía aspectos muy genéricos sobre las principales inquietudes del momento. Sin embargo, no se incluyeron algunas de las críticas que siguen haciéndose en privado: que si a Guindos se le da por amortizado en Bruselas, que si no ha conseguido aglutinar en la cartera de Economía a un equipo solvente, que si al área económica en su conjunto le falta relato y coherencia en la exposición de las reformas, falta de convicción para defenderlas…y así un largo rosario de reprobaciones que evidencian el silencioso griterío de los grandes de la Bolsa a favor de nuevas caras y de una unidad de acción en un ámbito clave para el futuro de España y de la propia legislatura de Mariano Rajoy. En este informe que se redactó antes del verano, se incluyeron numerosas observaciones que se cursaron a La Moncloa por parte de Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé a través del trabajo previo hecho por los servicios de estudios del Santander, el BBVA y Caixabank.

Cada integrante del Consejo de la Competitivad entregará a Moncloa ideas propias sobre cómo reducir el gasto público estructural

En la última reunión del Consejo, celebrada el pasado martes, las mismas preocupaciones flotaron en el ambiente. La novedad fue que los empresarios se pusieron deberes a sí mismos y han quedado convocados para ofrecer al Gobierno cinco ideas repartidas por sectores para aplicar el tijeretazo en el gasto público de carácter estructural. El enfado con el Gabinete no ha menguado ya que los empresarios se quejan de que tanta subida de impuestos no estaba en el guion con el que Rajoy ganó las elecciones.

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