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Economía

El Gobierno espera “grandes operaciones empresariales” en otoño, cuando se asiente el clima de recuperación

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, este martes en el Congreso

La recuperación económica que se anticipa desde el Gobierno se basa, de momento, en unos pocos pilares: el superávit en la balanza de pagos por cuenta corriente, el acceso más normalizado del Estado y de las empresas a los mercados y una inflación que acabará el año por debajo del 1%. Los pronósticos del ministro Cristóbal Montoro no dejan lugar a dudas sobre el optimismo con el que se mira en el Gobierno el horizonte de medio plazo: “El segundo trimestre será el último de caída de la actividad económica, estamos en el umbral de la salida de la crisis, ha desaparecido el riesgo de rescate y tenemos por delante un futuro prometedor”.

El creciente apetito del capital extranjero por España se demostrará a la vuelta del verano, siempre que se profundice en la reducción del déficit, se afirma desde Hacienda

El equipo económico ya maneja datos que reflejan una suave recuperación de la inversión y del consumo privado. Los datos de paro registrado conocidos ayer demuestran también que crece la contratación en el sector servicios y todo ello anticipa que los escenarios económicos enviados en abril pasado a Bruselas han podido quedar  desfasados y van a ser fácilmente mejorables. En Hacienda escuecen algunas de las previsiones realizadas en el pasado por Funcas y por los servicios de estudios del BBVA, La Caixa o Bankia y se presume por primera vez de que para 2014 se haya  realizado un cálculo de crecimiento mucho más moderado que ellos, del 0,5% del PIB que, posiblemente, quede muy superado por la realidad.

El creciente apetito del capital extranjero por España, con algunas compañías a precio de saldo, ha hecho que el Gobierno prevea ya grandes operaciones empresariales para el otoño en algunos sectores clave, cuando empiece a asentarse el clima de confianza y las inversiones en cartera, con la entrada de más de 40.000 millones en los primeros meses del año, puedan dispararse. La clave para que esta puerta  no se cierre está, según el ministro de Hacienda, en una nueva reducción del déficit estructural, operación que supuso ya el año pasado 2 puntos de PIB.

Ningún grupo de la oposición está dispuesto a comprarle al Gobierno este discurso, por lo que el techo de gasto, más de 133.000 millones para el año que viene, prosperó ayer en el Congreso solo con los votos del PP. Esta frontera la marca una previsión de ingresos de 128.000 millones de euros y una caída inferior a un punto en el gasto disponible de los ministerios, que ha hecho buena la frase del ministro José Manuel García Margallo: “Estamos en un Gobierno de coalición contra el ministro de Hacienda”.

El año pasado, el PSOE comparaba al Gobierno con la orquesta del Titanic, que seguía tocando mientras el barco se hundía. Este martes, con el riesgo del rescate ya despejado, los socialistas y el resto de la oposición se han negado a comprar el discurso de la recuperación que con vehemencia ha expuesto el ministro de Hacienda.

Los Presupuestos de 2014 solo contarán con el apoyo del PP en el Parlamento si no cambia, como es previsible que ocurra, la actitud de los partidos de la oposición

Si la actitud de los partidos de la oposición no cambia de aquí a la vuelta del verano, los Presupuestos que el Gobierno prepara para 2014 solo contarán con el voto del PP en el Parlamento. Al igual que el año pasado, el margen de Hacienda para cambiar cromos con los grupos nacionalistas cuando las cuentas del año que vienen lleguen al Congreso será muy pequeño y tampoco valdría para sumar su voto, con CiU embarcada en el proyecto soberanista en Cataluña y el PNV obsesionado porque no se le toque el Concierto Vasco. Los socialistas, ni están ni se les espera para esta excursión, a pesar de que acaban de pactar con el Gobierno las líneas generales de lo que cabe exigirle a Bruselas para facilitar la reactivación económica.

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