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Economía

FG acata el castigo por no apoyar la Sareb, pero 'dispara' a Guindos por vetar a Roldán

Francisco González, presidente de BBVA, y Luis de Guindos, ministro de Economía.

"No con todos aquellos que salgo en una fotografía, dándome la mano, son mis amigos". La reflexión de Francisco González a un accionista de BBVA, en una de las últimas Juntas de la entidad, escenifica la relación que mantiene con Luis de Guindos. Fría y lejana. Con más distancias que encuentros. Las diferencias, sin embargo, no llegarán a los tribunales. BBVA no reclamará finalmente en los tribunales la penalización del 30% que ha tenido que abonar en la derrama especial al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) por no convertirse en accionista de la Sareb. La espita que más intensificó la (no) relación Guindos-González. Sí acudirá a los tribunales, sin embargo, para recurrir el fallo por las preferentes de Eroski.

"Nosotros no podemos ser objeto de ningún tipo de discriminación de acuerdo al estado de derecho en el que estamos", reflexionaba Ángel Cano en abril pasado, durante la presentación de resultados del primer trimestre de 2013. Incluso un dictamen del Banco Central Europeo desautorizó la medida promovida por Guindos. Sin embargo, BBVA ha decidido finalmente no pleitear, después de que sus servicios jurídicos hayan estudiado durante meses el asunto.

"Vamos a aceptar la decisión. Ya está contabilizada", aseguró este viernes Ángel Cano, CEO del grupo, durante la presentación de las cuentas anuales, en las que el banco ganó 2.228 millones (un 33% más). BBVA ha apuntado su aportación de 120 millones (el 40% de este pago extraordinario que se eleva a 300 millones brutos) con cargo a sus resultados en España en 2013. Una cuenta que cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 670 millones por el castigo de las millonarias minusvalías de la actividad inmobiliaria (-1.254 millones) frente a los beneficios de 583 millones (49,8% menos que en 2012) del negocio bancario tradicional.

Retroceso en todos los márgenes

Al igual que sucede en el resto de entidades, la actividad bancaria de BBVA en España sigue plana. Con retroceso en todos sus márgenes: intereses (-19,3%), bruto (-8,5%) y neto (-18,4%). Tres grandes impactos: eliminación de las cláusulas suelo (425 millones), coste de las refinanciaciones (600 millones) y la mencionada derrama al FGD. Y el síntoma de que la financiación sigue llegar a la economía real, el crédito cae un 9%, pese a que los ejecutivos de BBVA consideran que ya se ha dibujado la curva del cambio de ciclo.

"La percepción sobre España ha cambiado mucho a positivo con respecto al año pasado. España ha superado la recesión, no la crisis. Todavía existe un gran nivel de desempleo por lo que es fundamental seguir con las reformas. Se pueden hacer todavía más reformas para alcanzar el 3% del crecimiento de la economía", sostuvo González, que solicitó al Gobierno toda una panoplia de más reformas. Racionalización del sector público, reducción del gasto público improductivo, un sistema fiscal que propicie más la inversión y el ahorro, finalizar la consolidación del sistema financiero, terminar con muchas trabas a la competitividad, además de una vuelta de tuerca a la reforma laboral. "El gran éxito de este Gobierno", sentenció FG.

Pese a que la reforma laboral no ha logrado reducir las elevadas tasas de desempleo, los indicadores de consumo siguen por los suelos y el número de familias con todos sus miembros en paro no para de aumentar, por tanto la mora (10,3% en el caso de BBVA incluido el inmobiliario) no cesa de crecer. Tanto Santander como BBVA se escudan en los buenos datos macro para vislumbrar un cambio de tendencia en la demanda de crédito. Sin embargo, el banco azul se mostró menos optimista en el crecimiento que pueda registrar el crédito en 2014 que sus competidores de Boadilla. Mientras Santander prevé crecimiento positivo, por primera vez en muchos trimestres, BBVA confía en que este 2014 la caída sea menor al 9% de 2013, especialmente en la segunda parte del año.

¿Se abrirá por fin el grifo del crédito? Así parece, aunque de forma tímida. El cambio de mensaje de los bancos refleja su necesidad de comenzar a dar oxígeno a su actividad para comenzar a generar beneficios ordinarios. Las menores dotaciones y saneamientos a futuro permiten a las entidades contar con mayores recursos para prestar y mejorar así la pobre aportación del negocio en España.

"En dos o tres años, la división española tendría que soportar en el entorno del 50% de los beneficios del grupo", consideró González, que confirmó la presencia de BBVA en la puja por Catalunya Caixa y reclamó independencia para la Asociación Española de Banca (AEB) en la elección de su futuro presidente.

"Los políticos tienen que hacer su trabajo y nosotros el nuestro", aseguró sobre el veto de Economía a José María Roldán. "A mí esos caminos entre la política y el empresariado no me gustan. Los comentarios, influencias no van en un país como éste. La AEB está formada por bancos privados que tienen que tomar sus decisiones". La banca mantendrá a Roldán, como informó esta semana Vozpópuli, porque no quieren otro nombre para sustituir a Miguel Martín. No sólo lo defiende FG. También Botín.

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