Francia reconoce que no cumplirá el objetivo de déficit hasta 2017

El Gobierno francés ha reconocido que no logrará situar el déficit público por debajo del 3% del PIB que marca Bruselas hasta 2017, dos años después de lo prometido, como consecuencia de un crecimiento económico más débil de lo previsto en Francia y en Europa. Un mes después de avanzar que la economía francesa no se comportará este año como se esperaba, el ministro de Finanzas, Michel Sapin, ha detallado este miércoles el escenario económico que maneja el Gobierno galo, y que se explica por la "situación excepcional" que atraviesa la zona euro.

Las nuevas previsiones gubernamentales para Francia pasan por cerrar el 2014 con un déficit de las administraciones públicas del 4,4% del producto interior bruto (PIB), lejos del anterior objetivo del 3,8%. En 2015, el déficit será del 4,3% -es decir, superior al 4,2% registrado en 2013- y París solo logrará contenerlo por debajo del máximo del 3% que marcan los tratados europeos en 2017, dos años después de lo prometido a la Comisión Europea (CE), indicó Sapin.

Francia ya había solicitado en dos ocasiones retrasar el objetivo de reducir el déficit por debajo del 3%, una bajo presidencia del conservador Nicolas Sarkozy (2007-2012) y otra bajo el actual mandato del socialista François Hollande. El Gobierno francés estima, además, que la inflación seguirá siendo débil, con un aumento de los precios del 0,5% este año y del 0,9% el próximo ejercicio.

"No pedimos ninguna modificación de las reglas europeas" sino "la toma de conciencia colectiva de una realidad que nos concierne a todos: un crecimiento y una inflación muy débiles", declaró el responsable de las Finanzas francesas.

Escaso crecimiento

Tras dos trimestres consecutivos con la economía en punto muerto, el responsable de Finanzas avanzó que el aumentó del PIB de Francia será del 0,4 % al cierre de 2014 y no del 1 % como estimaba el Gobierno.

A pesar del mayor déficit y de un menor crecimiento de lo previsto, El Gobierno no aumentará el impuesto sobre la renta a los conciudadanos

Sapin también recortó la previsión de crecimiento para 2015, del 1,7% del PIB inicial al actual 1%. Pero avanzó que, a pesar de que el Ejecutivo espera un mayor déficit y un menor crecimiento de lo previsto, no aumentará el impuesto sobre la renta a sus conciudadanos.

"Hemos adquirido compromisos con los hogares y los mantendremos, sin excepción", dijo Sapin en una conferencia de prensa celebrada en la sede del Ministerio de Finanzas, donde reiteró, también, que Francia no modificará su plan de ahorro de 50.000 millones de euros para 2017. "El control del gasto público es una necesidad y llegaremos hasta el final del objetivo de 50.000 millones de euros de ahorro previsto para 2017, empezando por los 21.000 millones de euros de ahorro previstos solo para el año 2015", agregó.

Para ello, el Gobierno compensará los 2.000 millones de euros de ahorro que no se alcanzarán este año porque "el control del gasto público constituye uno de los pilares" de la política económica del Ejecutivo, subrayó el ministro. No obstante, el ministro de Finanzas declaró que su responsabilidad es "no hacer caer al país en la austeridad" y abogó por reducir el déficit público "a un ritmo compatible con el retorno al crecimiento".

"Pacto de responsabilidad"

El Gobierno que dirige el primer ministro, Manuel Valls, también mantendrá el llamado "pacto de responsabilidad", que prevé una rebaja de 40.000 millones de euros de impuestos a las empresas (equivalente a dos puntos del PIB) para intentar que aumente la competitividad y que se creen nuevos puestos de trabajo.

"El pacto decidido y votado por el Parlamento se aplicará íntegramente y según el calendario previsto", dijo Sapin, quien consideró que "apoyar a las empresa es, antes que nada, apoyar la producción" de Francia porque "sin producción y sin riqueza, el país se empobrece y el paro aumenta".

El Gobierno examinará el presupuesto para 2015 en consejo de ministros el próximo 1 de octubre antes de someterlo al voto de la Asamblea Nacional, donde persiste la incertidumbre sobre si los diputados socialistas disconformes con la política económica del Gobierno -los llamados "frondistas"- apoyarán el texto.