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Economía

El FROB, incapaz de vender sin dar ayudas: engorda la factura del rescate bancario en otros 855 M. durante 2013

Antonio Carrascosa, director general del FROB.

Más allá de los grandes números, discordantes entre los cálculos del Tribunal de Cuentas, Banco de España y Asociación Española de Banca (AEB), el balance del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) esconde, año a año, un sinfín de pequeñas cifras que sólo muestran la incapacidad de este organismo para vender entidades nacionalizadas a pulmón, como se conoce en el argot financiero. Es decir, sin conceder ningún tipo de nuevas ayudas. El pasado ejercicio no iba a ser una excepción. Así, en 2013, el FROB concedió otros 855 millones en nuevas ayudas, según recoge su informe anual, para poder cerrar las subastas de Novagalicia, Banco Gallego y CEISS, además de otros pequeños coletazos que aún se arrastran de la venta del Banco de Valencia a Caixabank.

La cifra desgranada distribuye la nueva ronda de ayudas entre Banesco, que ha recibido 347,8 millones por la compra de Novagalicia, la nueva Abanca; Sabadell, a quien le compra del Banco Gallego la ha reportado 103,8 millones en garantías; Unicaja, que sólo cerró la adquisición de CEISS tras obtener unas ayudas del FROB de 187,5 millones; Caixabank, que ha logrado que el FROB reconozca que hubo un desfase de 170 millones por la valoración de los activos traspasados del Banco de Valencia a la Sareb. Por último, la institución dirigida por Antonio Carrascosa ha provisionado otros 40 millones por las garantías concedidas al Fondo de Garantía de Depósitos para el pago de reclamaciones judiciales por las preferentes y deuda subordinada.

A día de hoy, el FROB, más allá de los 8.000 millones inyectados a Novagalicia que jamás recuperará, ha destinado ya más dinero a cubrir las compensaciones que recibirá Banesco a cambio de la compra que la cantidad recibida por la operación. Así, el fondo de rescate tiene ya provisionados 375 millones en garantías frente a los 313 millones que se supone ha recibido del grupo venezolano, la pasada semana, por el traspaso definitivo de la entidad. El siguiente pago de 100 millones, de los 1.003 millones que ofertó Banesco por Novagalicia, no se producirá hasta el 30 de junio de 2016.

Ni siquiera el gran interés nacional (Caixabank, principalmente, pero también BBVA y Santander) e internacional (Banesco y el fondo Guggenheim) que despertó la venta de Novagalicia fue suficiente acicate para que el FROB lograse recuperar una parte de las viejas ayudas sin tener que conceder otras nuevas. Así lo reconoce el propio FROB en la documentación, publicada en el BOE el pasado 24 de junio, sobre la venta de la entidad gallega. “El estudio llevado a cabo por el banco de inversión BNPP (BNP Paribas), adjudicatario del contrato de análisis y eventual venta de NCG, en lo relativo a las fórmulas de maximización del precio de venta y minimización del uso de los recursos públicos, evidenció que la concesión de determinadas garantías a NCG implicaba una mejora sustancial en el precio a ofertar por el comprador superior al importe de aquellas, por lo que el precio que se obtendría de la venta de las acciones sería positivo…”

De esta manera, el organismo público se comprometió a cubrir, durante un plazo de diez años, al comprador de Novagalicia del pago del 85% de las principales contingencias o litigios que tenía la entidad en el momento de su venta: las reclamaciones por las preferentes (225 millones), la indemnización que exigía la compañía Aviva (450 millones, cifra que se ha reducido sustancialmente tras un acuerdo), posibles reclamaciones del banco malo por diferencia de valoración de los activos traspasados y otros asuntos como una posible eliminación de las cláusulas suelo.

En cuanto al Banco Gallego, el Sabadell ha recibido 103,8 millones para compensar los posibles ‘vicios ocultos’ (desfase en la valoración) de los activos traspasados a la Sareb y el aprovechamiento de los activos fiscales de la entidad transmitida, lo que en el práctica supone menos ingresos para Hacienda. Mientras, el coste de la venta de CEISS a Braulio Medel ha supuesto para el FROB un desfase de 187,5 millones. Con esta cantidad, el fondo de rescate ha compensado a los afectados por las preferentes de la entidad castellana que decidieron acogerse al canje de nuevas acciones de Unicaja.

Por contra, el FROB no ha podido recuperar ninguna cantidad de las ayudas concedidas a Caixabank pese a que la cartera cubierta en el esquema de protección de activos (EPA) del Banco de Valencia se ha reducido 1.043 millones. El fondo de rescate se comprometió a cubrir el 72,5% de las pérdidas de una cartera de 6.021 millones, hasta el año 2022. Pese a que dicha cartera tóxica ha quedado reducida a 4.978 millones, el FROB no ha recuperado ninguno de los 598 millones en garantías que provisionó en 2012. Incluso, durante el pasado ejercicio, tuvo que realizar una dotación adicional de 80,5 millones por el desfase en la valoración del ladrillo traspasado al banco malo. Caixabank planteó una reclamación al FROB, el 23 de enero de 2012, por valor de 180 millones para cubrir estos vicios ocultos. El fondo de rescate provisionó los primeros 90 millones en 2012. Un año después, pese a las reclamaciones efectuadas por el FROB, éste ha asumido otros 80 millones.

La concesión de todo este nuevo volumen de ayudas se ha producido en paralelo al deterioro de la participación del FROB en Catalunya Caixa, con la que pierde ya más dinero que con el grupo BFA-Bankia. Desde el inicio de la crisis, el organismo público ha inyectado un total de 12.052 millones en CX, divididos en tres tramos: 1.250 millones (primera tanda de ayudas conocidas como FROB 1), otros 1.718 millones (FROB 2) y los 9.084 millones recibidos tras la nacionalización. A 31 de diciembre pasado, la participación del fondo de rescate se ha depreciado en 10.194 millones, un 85% del capital invertido. Ante esta situación, no sorprende que el FROB reconozca abiertamente que se plantea la posibilidad de conceder nuevas ayudas para conseguir vender CX. Está en el ADN del FROB. No sabe vender sin pagar por ello.

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