Quantcast

Economía

Los consejeros de Fira de Barcelona cambian los estatutos para seguir en el cargo

El príncipe Felipe, en un acto de Fira.

A finales de enero, lo más granado de la prensa catalana se hizo eco de la renovación, hasta 2016, del presidente de la Feria de Muestras de Barcelona (Fira), Josep Lluís Bonet (Freixenet). Ungido en 2004, la noticia de la continuidad de Bonet al frente del Consejo de Administración ponía fin a la disputa de la que los medios regionales también dieron cuenta entre dos vocales de Fira: el cazatalentos Lluís Conde (Seelinger y Conde, la firma que se ha hecho con los servicios de Esperanza Aguirre) y el inmobiliario Enrique Lacalle, en el pasado vinculado al PP. Todo arreglado y pelillos a la mar.

Detrás de este armisticio de la burguesía catalana se esconde un asunto mucho más complejo que afecta al presidente y a los siete vocales: todo lo acordado para que nada cambie no concuerda con los estatutos de Fira, publicados el 31 de julio de 2000 en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya. Y si no concuerda es por el cambio estatutario que el Consejo pergeñó en 2008 sin más publicidad que una nota de prensa. 

¿Estatutos de 2010?

No se conocen otros estatutos que los de 2000, los del “pacto de refundación de Fira de Barcelona”, una institución participada por Generalitat, Ayuntamiento y Cambra de Comerç, casi a imagen y semejanza de Ifema en Madrid. Si uno va a la web de Fira, no encontrará los de 2008 por ninguna parte. Vozpópuli llamó a Fira el viernes para revisar las normas que rigen la feria barcelonesa, sin obtener respuesta; pero a otros medios que hicieron lo propio se les respondió que la publicación de los estatutos en el Diari (el BOE catalán) no es obligatoria.

El lunes 11 de marzo, Fira telefoneó a este medio para matizar en que, si bien los estatutos no se publicitan, sí que se informó del cambio estatutario. E insisten en que nada es ilegal. “Efectivamente”, señalan las fuentes denunciantes, “cambiar secretamente los estatutos de un consorcio público no es obligatorio ni ilegal: es una cacicada”.

El artículo 14 de los Estatuts de 2000 limitaba a cuatro años el mandato de los miembros del Consell d’Administració, pudiendo únicamente “ser renovados en este cargo por otro periodo de igual duración”. Hay una salvedad: si un vocal llevaba ocho años –el máximo-, podía renovar otros cuatro si era elegido presidente, aguantando un total de doce años en Fira.

Cuatro vocales y Vilarubí

El viraje normativo de 2010 tuvo que ser de enjundia: de acuerdo con los antiguos estatutos, Bonet no podría repetir por tercera vez como presidente. Tampoco podrían renovar vocales que han expresado su deseo de permanecer hasta 2016 como Enrique Lacalle (Meeting Point), Enric Crous (Damm) y Núria Basi (Basi), los tres con asiento en el Consell desde 2000. Además, el cazatalentos Conde protagonizó recientemente una pugna con Lacalle para ocupar la presidencia, por lo que no están claras sus intenciones con la institución. Otro de los que entrará en el ajo (en este caso por primera vez) será Carles Vilarubí, vicepresidente de Rostchild España y del Fútbol Club Barcelona.

Presidente de una de las empresas familiares de mayor proyección, Josep Lluís Bonet también es profesor de Derecho y españolista confeso, como recoge un artículo aparecido en Economía Digital. "España y Catalunya se necesitan la una a la otra”, ha llegado a objetar ante el camino independentista emprendido por Artur Mas.  

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.