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Economía

Schaüble a De Guindos: "Hay que aguantar hasta las elecciones alemanas"

El ministro de Economía, Luis de Guindos (izq), y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, durante una rueda de prensa.

Tiempo, tiempo y tiempo. Guindos tan sólo pedía tiempo para pagar la deuda. Y eso mismo le ha solicitado el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. Éste quiere tiempo para ir cerrando los compromisos de unión fiscal, porque las elecciones federales se jugarán en octubre de 2013 y la canciller Merkel estará atada de pies y manos hasta entonces.

Los alemanes se mostraron dispuestos a que entretanto se avance con celeridad en la unión bancaria, que se vayan utilizando los distintos fondos de rescate y que el BCE dé señales de la irreversibilidad del euro.

Guindos explicó que buena parte de la subida en los intereses que paga el Estado español se debe a la posibilidad de ruptura del euro, que la deuda se estaba tornando insostenible y provocaría un default y que todo era un ataque al euro a través de España, por lo que el presidente del BCE debía dar señales inequívocas de que no se destruiría la moneda única. De ahí que Mario Draghi hablase ayer defendiendo al euro para alborozo de los inversores, hecho que se consensuó con las principales capitales europeas durante los últimos días.

Los agentes del mercado esperan que en los próximos días el BCE respalde este mensaje con hechos, bien con el anuncio ya de la licencia bancaria para el mecanismo de rescate, bien con el poco convencional experimento de cobrar a los bancos por sus depósitos en el BCE, de forma que se vean forzados a prestar.

Schauble le indicó a Guindos que se salvarían los obstáculos conforme aparezcan y que mientras se podía contar con varias redes para protegerse: primero los 30.000 millones que sobran de la ayuda bancaria; luego se podría convertir el rescate bancario en soberano y comprar con estos recursos deuda para rebajar la prima de riesgo; además, se prepararía todo para dotar al mecanismo de rescate de una licencia bancaria con la que poder tomar prestado del BCE tanta liquidez como hiciese falta; y, en última instancia, siempre estaría el BCE, listo para intimidar a los mercados con toda su potencia de fuego.

Al mismo tiempo, Schäuble exigió que España continuase por la senda de la estabilización fiscal y reclamó que se vigilase mucho a las comunidades autónomas.

Moncloa ha estado en contacto permanente con el resto de Gobiernos y varios miembros del Ejecutivo han mantenido reuniones cruciales. El titular de Exteriores, García-Margallo, se vio con sus homólogos alemán y francés. El secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, estuvo haciendo lobby en Bruselas. Y, sobre todo, Guindos realizó una labor exhaustiva de comercial de España por toda Europa, con unos encuentros decisivos con el tudesco Schäuble y el francés Moscovici.

Sin embargo, el Gobierno no quiere vender aún su labor porque todavía están negociando los detalles y queda por delante una cumbre crucial en Madrid entre Monti y Rajoy, donde presentarán más propuestas.

En cualquier caso, los grandes bancos y fondos de inversión siguen recelosos. Pimco destacaba que aún había que rebajar cuatrocientos puntos más la prima de riesgo para que España fuese solvente. Y un informe de Morgan Stanley ponía en duda la puesta en práctica de los acuerdos europeos.

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