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Economía

Los españoles confían su dinero a Alemania y los alemanes, a Singapur

Detalle de varias monedas de euro.

España es, junto con Grecia, uno de los países de la eurozona que más ha sufrido la fuga de capitales. Los bancos españoles han perdido 150.000 millones en depósitos durante los últimos once meses, una cifra que ronda el 15% del PIB. En total, las salidas de capital de nuestro territorio sumaron hasta mayo 163.185 millones de euros, según la balanza de pagos que publica el Banco de España.

Aunque en su mayoría se trata de dinero de inversores extranjeros, también hay españoles que optan, ante la mala situación macroeconómica del país, por abrir una cuenta en el extranjero. Incluso, hay entidades bancarias en España, como Deutsche Bank, que ofrecen a sus clientes la posibilidad de abrir cuentas en Alemania ante las dudas sobre el sistema bancario español. Acudiendo a una sede en España de la entidad germana se puede abrir una cuenta en ese país. Pero es necesario un saldo mínimo en cuenta para realizar la operación de 100.000 euros.

Según explica Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de ICADE, esta fuga de capitales se produce "por miedo a que España quede descolgada en una Europa de dos velocidades y ante la posibilidad de que España volviera a la peseta". Ante esta hipotética situación "una parte de ese capital se envía a Alemania, porque los ahorradores españoles sienten que en este país su dinero está en una Europa de primera".

Pero otra parte de este dinero que sale de España también está yendo a Luxemburgo porque, según Gómez Bengoechea, la gente se representa "un escenario catastrófico e inimaginable y quiere llevar el dinero a sitios seguros". Reino Unido y Alemania están entre los destinos favoritos de los españoles para depositar su dinero. Tratan de buscar "lugares que tengan una moneda que no caiga con fuerza en caso de desaparición del euro".

¿Y qué ocurre en Alemania?

Alemania es el país de la zona euro que mejor está soportando la crisis y en él están puestas todas las esperanzas para mantener la moneda única. Desde Berlín se marca la dirección a seguir en estos tiempos de turbulencias financieras y ningún mandatario europeo se atreve a dar un paso si no es con el consentimiento de Merkel. Pero la canciller alemana, empeñada en poner orden entre sus socios europeos, también se encuentra con problemas dentro de casa. Hace unos días el semanario Der Spiegel daba a conocer que varios bancos suizos estaban ayudando a los evasores fiscales alemanes a transferir sus fondos a cuentas en otros países. Entre las entidades señaladas figuraban el Julius Bauer y el gigante suizo UBS.

Esta fuga de capitales podría estar produciéndose por el pacto que intentan formalizar Alemania y Suiza para cobrar impuestos a los ciudadanos germanos con cuentas secretas en el país helvético. Ese tratado impone la aplicación de un impuesto general a los capitales de ciudadanos alemanes que los tienen depositados en Suiza y el fisco alemán sería el receptor de ese dinero, pero todavía no ha entrado en vigor.

Según informa la agencia Reuters, después de que ambos países  llegaran a un principio de acuerdo en abril, algunos banqueros suizos habrían aconsejado a sus clientes trasladar sus activos a Singapur o a cualquier otro lugar antes de que el pacto entre en vigor (previsiblemente en enero de 2013).

Desde la oposición alemana se considera el tratado muy deficiente y el hallazgo de la conexión del banco UBS con Singapur refuerza sus argumentos.

Pero, ¿por qué a Singapur? Según Gómez Bengoechea, por el riesgo de contagio que todavía sufre el euro y porque los inversores buscan una salida hacia valores más seguros. “En Singapur por ejemplo las fundaciones no pagan impuestos. Es un país que aparece en todos los rankings como el primero o el segundo del mundo a la hora de ofrecer facilidades para hacer negocios. Ahora mismo es una economía muy atractiva para los inversores”, explica.

Fueron inspectores del fisco alemán quienes detectaron la fuga de capitales, en el marco de una investigación muy controvertida. Según el Financial Times y Der Spiegel la información fue encontrada en unos archivos que las autoridades de Renania del Norte-Westfalia compraron a una fuente anónima que los habría obtenido clandestinamente. Por ello esta región ha sido duramente criticada, ya que no parece adecuado combatir un delito (la evasión fiscal e territorio germano) con otro delito (pagar millones a quien ha robado datos de las entidades bancarias helvéticas).

Estos días la ministra de suiza de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, ha negado en distintos medios que el dinero que tienen los alemanes en sus bancos estuviera siendo transferido fuera de Suiza (algo de lo que el Gobierno alemán tampoco tiene pruebas) y ha lanzado advertencias en el sentido de que si se rompe el pacto que ella había firmado con su homólogo germano, Wolfgang Schäuble, Berlín podía olvidarse de nuevos convenios con Berna.

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