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Economía

Hito histórico: la deuda del conjunto de España cae por primera vez en 20 años

El presidente del Gobierno a su llegada a la segunda jornada del Debate sobre el Estado de la Nación

La deuda del conjunto de empresas, familias y Administraciones Públicas disminuyó en 2013 por primera vez en 20 años. Según los datos compilados por el Banco de España a fecha de 31 de diciembre de 2013, la financiación a los agentes no financieros descendió un leve pero importantísimo 0,6 por ciento interanual y se situó en los 2,821 billones, un auténtico hito en la corrección de los desequilibrios de caballo que azotan a la economía española pese a que todavía quede mucho camino por delante.

Durante dos décadas, la economía española ha tenido la gasolina del crédito, ya fuese público o privado, y por primera vez se le ha retirado igual que a un drogodependiente, lo que a su vez se ha reflejado en una caída del PIB del 1,2 por ciento. A cierre de 2013, la deuda de las familias asciende a los 787.000 millones, de los cuales 611.000 millones son crédito para la adquisición de vivienda. Una mejora sustancial frente a los 911.000 finales que se adeudaban a finales de 2008.

Por su parte, las empresas deben ahora 1,072 billones de euros, bastante por debajo de los 1,3 billones anotados en 2010. Y el conjunto del Estado acumula la friolera de 961.000 millones de deuda, desde los 382.000 que registró en el 2007.

“En diciembre, la financiación recibida por el conjunto de los agentes no financieros se desaceleró hasta presentar, por primera vez en los últimos 20 años, un descenso interanual cifrado en el 0,6%”, reza el boletín económico elaborado por el organismo supervisor.

El Estado ralentiza su demanda de crédito

De acuerdo con el Banco, esta evolución obedece a una importante moderación en los fondos captados por el sector público. No en vano, la tónica general durante la crisis ha consistido en que al tiempo que las familias y empresas se han desendeudado, las Administraciones han tomado prestado bastante más, neutralizando con su voracidad cualquier esfuerzo del sector privado. Y ello se tradujo en que el endeudamiento total aumentó un 1,4 por ciento en 2012 y un 1,7 por ciento en 2011.

Entre 2007 y la actualidad, el Estado cogió el relevo y se antoja harto difícil reducir sensiblemente el montante total en tanto en cuanto no se rebaje el altísimo déficit público ahora sostenido por la garantía del BCE. Debido en parte a los pagos a proveedores y el rescate bancario, sólo en 2012 el Estado captó 147.000 millones, la mayor cantidad de toda su historia. Y en 2011 la cifra rondó los 93.000 millones. Unos 240.000 millones entre los dos ejercicios que rebasaron los sacrificios del sector privado a la hora de desapalancarse. Así, las empresas recortaron su financiación en 111.000 millones en 2012 y en 46.000 millones en 2011. Y los hogares contrajeron sus pasivos en 36.000 millones en 2012 y en 27.000 millones en 2011.

Durante 2013, las Administraciones públicas engordaron su deuda en 77.000 millones, muy por encima del objetivo de 65.000 millones pese a que una parte sean pérdidas motivadas por las ayudas a los bancos. En porcentaje, el endeudamiento público se incrementó un 8,9 por ciento en esos doce meses, un ritmo sustancialmente menor que el 20 por ciento más que se asumió en 2012 y el 14 por ciento más de 2011.

En cambio, en 2013 la financiación de las sociedades no financieras retrocedió un 4,8 por ciento, y la de los hogares un 4,9 por ciento. Es decir, unos 51.000 millones y 38.000 millones, respectivamente.

En porcentaje del PIB, seguimos igual de endeudados

Pese a la relativa buena nueva, con el PIB de 2013 publicado este jueves por el INE, que se contrajo un 1,2 por ciento para situarse en los 1,022 billones, el endeudamiento de sociedades no financieras, hogares y AAPP asciende al entorno del 275 por ciento del PIB y prácticamente sigue sin bajar, señal de todo el arduo trabajo que aún se tiene que afrontar. Máxime cuando una serie de partidas del Estado como las pensiones, los intereses de la deuda o las prestaciones por desempleo continúan al alza.

Toda esta historia presenta además el lado negativo de la caída de los préstamos que conceden los bancos, muy presionados por los próximos test de estrés del BCE. Si se atiende al desglose de las cifras por el origen de la financiación, la razón del desapalancamiento radica en el tajo al crédito bancario. El Estado redujo su dependencia de las entidades financieras en un 8 por ciento, a la vez que acudía un 15 por ciento más a las emisiones de papel a largo plazo. Y otro tanto sucede con las sociedades, que han ampliado su recurso a la renta fija en un 8 por ciento, mientras que el flujo bancario se les desplomaba un 9,2 por ciento.

Todos estos datos no recogen los pasivos de los bancos, que rondan el billón de euros y en muchos casos a su vez se han prestado a los sectores productivos, por lo que de contabilizarse se estarían contando dos veces.

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