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Economía

Pese a salir del rescate bancario, Bruselas da otro coscorrón al Gobierno para recordarle lo que le queda

¡Albricias!, que España ha salido del rescate bancario… Sin embargo, apenas liberado de las cadenas, este mismo viernes el Gobierno de Rajoy tuvo que tomar varios cazos extra del jarabe europeo, para que no se le olvide. Se trataba de la primera vez que se ponía en funcionamiento el control de los Presupuestos ex ante, tal y como avanzó Vozpópuli. Y la Comisión enseñó el colmillo: publicó varios documentos en los que con un estilo muy técnico propinaba varias collejas al Ejecutivo español por las cuentas de 2014 y la marcha de las reformas. Un recordatorio de que la vigilancia seguirá siendo estrecha y de que aún queda por delante un camino largo y tortuoso.

En el enésimo capítulo sobre la historia del protectorado español, Bruselas explicitó que, aunque espera que finalmente se cumpla, aún hay riesgos de que no se alcance el objetivo de déficit de 2013, bien porque los ingresos no se disparen a finales de año tanto como pretende Hacienda, bien porque el gasto no se contenga al cierre del ejercicio, en especial el de las Comunidades Autónomas.

El plan contra el fraude fiscal recaudará menos de lo previsto y harán falta 1.000 millones más de ajustes, sostiene la Comisión

Y respecto a los números de Hacienda para 2014, el vicepresidente económico Olli Rehn anunció por un lado que las previsiones de crecimiento pecaban de optimistas, al pronosticar el Gobierno de Rajoy un 0,7 por ciento de incremento del PIB frente al 0,5 que espera la Comisión. Y por otro, que los ingresos estaban inflados debido a ese supuesto crecimiento y a unas expectativas de recaudación exageradas, tanto en las Comunidades Autónomas como en el ámbito de la lucha contra el fraude fiscal y de la Seguridad Social. Las autonomías siempre hinchan sus esperanzas de ingresos a fuerza de planear ventas de inmuebles que nunca se realizan. Y la pelea contra la economía B se antoja perdida en un momento en el que mucha actividad se sumerge por la crisis.

Es más, aunque no se exigió una rectificación oficial de las cuentas, sí que se invita a España a no incumplir con la meta comprometida de déficit y, por lo tanto, a tomar medidas adicionales en 2014. ¿Y a cuánto asciende ese recorte que habría que aplicar? Si el Ejecutivo de Rajoy calcula que el déficit se situará en el 5,8 por ciento del PIB, la Comisión en cambio nos augura un 5,9 por ciento. Es decir, se alerta de que el objetivo se incumplirá por una décima, unos 1.000 millones de euros más de ajustes.

Presionado por estas declaraciones procedentes de Bruselas, Cristóbal Montoro abrió la puerta a la eliminación de las deducciones en 2014. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Hacienda explicó que la reforma fiscal podría entrar en vigor en 2014, en cuanto el grupo de expertos entregue sus propuestas. Traducido: que de los 38.000 millones en deducciones fiscales incluidos en los Presupuestos muy bien se pueden suprimir algunas para lograr sin problemas los 1.000 millones.

A medio camino en las reformas

A la hora de valorar las medidas adoptadas por el Reino de España, el vicepresidente económico Olli Rehn afirmó que “el plan de reformas estructurales no llega a lo necesario”. Bruselas recriminó a España que no ha presentado la revisión y valoración de los principales capítulos de gasto, y que no se ha avanzado en la reforma del sistema fiscal, pues simplemente ha quedado diferida hasta que el grupo de expertos dictaminen sus conclusiones.

En parte porque algunas medidas como el recargo del IRPF expiran, en parte porque se espera que el crecimiento venga al rescate, España no ha especificado todavía los ajustes que ha de llevar a cabo para rebajar el desfase presupuestario en 2015 y 2016, algo que ya adelantó Vozpópuli (aquí y aquí). Y el ajuste estructural y por tanto permanente del déficit aún se queda corto. 

Así las cosas, la tarea no se ha acabado. Ni mucho menos. El repaso que dio Bruselas este viernes a España implica que no basta con regodearse ante la aparición de unos brotes verdes. Hay que impulsar el crecimiento. ¿Y qué es lo que todavía queda por hacer en materia de reformas? En su documento de recomendaciones, la Comisión considera que:

  • No se han tomado medidas adicionales para controlar las Comunidades y ayuntamientos.
  • Hay que apuntalar la independencia de la Autoridad Fiscal.
  • No se ha realizado una revisión y valoración sistemática de los principales capítulos de gasto con vistas a mejorarlo.
  • Respecto a la Sanidad, se puede ganar más eficiencia en el uso de los recursos públicos mediante la revisión de la cartera de beneficios, los precios de referencia de los medicamentos y la introducción de centrales de suministros.
  • Hay que mejorar la eficiencia de la Administración eliminando duplicidades, racionalizando el entramado institucional y reformando los municipios. Las entidades locales y regionales deben comprometerse para que las reformas sean un éxito.
  • La reforma fiscal todavía depende del dictamen de un grupo de expertos.
  • Aunque se han dado pasos importantes para reformar el mercado laboral y aumentar la flexibilidad interna y moderar los salarios, nada se hace para mejorar los servicios públicos de empleo salvo la cooperación con agencias privadas de colocación. Y no se prevén nuevas iniciativas para acabar con la dualidad entre temporales e indefinidos, entre otras.
  • Destaca las medidas adoptadas para el pago a proveedores, la ley de desindexación, los avances significativos en el refuerzo de la sostenibilidad de las pensiones, y las reformas en los mercados de productos y servicios.
  • Hay que completar la reforma eléctrica

No habrá penalizaciones. Pero se trata del segundo toque de atención al Gobierno tras el de los desequilibrios económicos de principios de semana. Y ya se ha demostrado la fuerza que tienen siempre estas recomendaciones procedentes de Bruselas.

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