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Economía

Alarma en la banca: el BCE medita dejar fuera el 'carry trade' en los test de estrés

Mario Draghi, presidente del BCE.

El Banco Central Europeo está dispuesto a desnudar a la banca europea antes de que caiga bajo el manto de la supervisión única en noviembre próximo. Pese a que no será hasta finales de este mes cuando se definan las grandes líneas de los test de estrés, el sector confía en que algunas intenciones de Mario Draghi no se lleven a efecto. En especial, la posible eliminación de los ingresos de las entidades generados por el conocido como 'carry trade' (tomar dinero barato -por debajo del 1%- en la ventanilla de Francfort para después colocarlo en deuda pública) para conocer cómo soportarían los diferentes escenarios con sus ingresos recurrentes.

"El BCE quiere conocer al detalle la rentabilidad de cada entidad, lo que realmente está generando con su negocio puramente bancario, eliminando así los ingresos por el carry trade", explica un alto ejecutivo a Vozpópuli. Incluso el propio Mario Draghi, según confirman otras fuentes del sector, ya realizó algún comentario en este sentido a alguno de los presidentes y consejeros delegados de entidades españolas con los que mantuvo una reunión el pasado 18 de noviembre.

Toda la Troika, no sólo el Banco Central Europeo, está preocupada por el exceso de deuda pública española en el balance de las entidades de nuestro país. La eliminación de los ingresos generados por el 'carry trade' de cara a los test de estrés del BCE castigaría especialmente a las bancas italiana y, en especial, española, que han apelado a esta práctica para compensar la caída de su margen de intereses. Un ejemplo. Un estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), del pasado mes de octubre, aseguraba que uno de cada cuatro euros que ingresan las entidades de crédito por operaciones financieras procede de comprar y vender títulos públicos de renta fija. En concreto, unos 17.300 millones de euros que representan el 26% de sus ingresos financieros totales en 2013. Los ingresos derivados del crédito, según los cálculos de AFI, se reducen a la mitad.

Según los datos agregados de la AEB, los resultados de operaciones financieras (ROF), donde se apuntan estas operaciones, se dispararon el 34,3% en el primer semestre hasta 4.045 millones. Esto contrasta con la caída del 10,7% del margen de intereses -que mide el negocio puro bancario de tomar dinero prestado para prestarlo- e incluso la del 4,5% de las comisiones.

Un informe de AFI calcula que uno de cada cuatro euros de los bancos españoles por operaciones financieras provienen del carry trade

El informe de noviembre del Bundesbank alemán (BUBA) dirigía su aguijón sobre este asunto. El banco central teutón criticaba como la banca española e italiana han llenado sus balances de deuda pública con títulos de cada uno de sus países desde el 30 de noviembre de 2011 al 30 de septiembre de 2013. Buena parte del período de mayor volatilidad de los mercados y de los meses donde la prima de riesgo no encontraba su techo.

En concreto, las entidades españolas, según el informe del Bundesbank, han incrementado sus títulos de deuda pública desde los 166.000 millones de euros (noviembre 2011) hasta los 299.000 millones (septiembre 2013), un 81% más en menos de dos años. Los datos del Banco de España reducen ese volumen de deuda soberana en manos de los bancos en el entorno de los 30.000 millones, justo el volumen de fondos del Tesoro que detenta el supervisor español en su balance. De esta manera, el conjunto de las entidades financieras de crédito poseen el 45% del saldo vivo de la deuda pública española que asciende a 664.000 millones.

En el caso de la banca italiana, el incremento de las compras a su Tesoro se eleva en un 73% en estos casi dos años. Las entidades transalpinas han aumentado su tenencia de deuda pública italiana desde los 240.000 millones de euros hasta los 415.000 millones.

La mayoría de las entidades españolas, en mayor o menor medida, han comenzado a retirar posiciones en deuda pública ante el temor de que finalmente se produzca algún tipo de penalización a las carteras soberanas, pese a los continuos mensajes del BCE de que no será así. La tendencia empezó a notarse en septiembre cuando las entidades financieras nacionales vendieron deuda pública por valor de 3.400 millones de euros. Pero en octubre, según los datos del BCE, la cifra casi se ha triplicado al alcanzar los 8.900 millones de euros.

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