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Economía

Guindos aplaza cualquier venta de Bankia o BMN hasta después de las elecciones generales

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha trasladado a sus círculos más próximos que no se venderá ningún paquete de las entidades nacionalizadas hasta que hayan pasado las elecciones generales de 2015, según confirman fuentes cercanas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).

El Estado mantiene un 61,2% de Bankia y un 65% de BMN. Hasta hace unos días, en el caso de la primera la intención del Ministerio de Economía era ir vendiendo poco a poco en lotes. Y para la segunda, el plan consistía en orquestar una salida a bolsa.

Sin embargo, ahora se ha dado un vuelco a todo. Y la razón estriba en que a los precios en que están cotizando las acciones no se podría recuperar todo el dinero inyectado. Imagínense que esta realidad se hace a todas luces patente a sólo unos meses de los comicios. Las críticas se cebarían con un Guindos que logró sacar al sistema financiero del caos pero que siempre prometió que conseguiría recobrar lo puesto con plusvalías. Además, como demostraron los recientes test de estrés, ambas entidades están lo suficientemente capitalizadas, por lo que no existe ningún tipo de urgencia en este sentido.

Aunque ya se ha logrado colocar un 7,5 por ciento de Bankia por unos 1.300 millones de euros, con tales valoraciones nunca se iba a rescatar todo el dinero invertido en la entidad. De hecho, de haber enajenado todo a ese precio de 1,51 euros el título tan sólo se habrían recuperado unos 11.800 millones de los 22.000 inyectados en la entidad presidida por Goirigolzarri. La cotización de la acción tendría que doblarse si de verdad se quisiera reponer todo.  

A fecha de septiembre de 2014, el Estado ha desembolsado en el rescate bancario unos 50.261 millones de euros con efecto en el déficit del Estado, según consta en la Intervención del Estado. A fondo perdido se contabilizan los cerca de 12.000 millones de Catalunya Caixa, los 8.300 millones de NovaCaixaGalicia, los 5.500 millones del Banco de Valencia y los 245 millones del Banco Gallego. Quedan por intentar recobrar los 22.000 millones puestos en Bankia y los 1.600 metidos en BMN.

Objetivo: salir para 2017

El compromiso del Ejecutivo con Bruselas es completar su salida del capital de Bankia en noviembre de 2017. A principios de este ejercicio, José Ignacio Goirigolzarri, presidente de la entidad, comentó en la presentación de resultados anuales que la privatización podría estar concluida “en unos dos años, aunque la decisión depende del Estado”. Pese al nuevo mensaje de Economía, el presidente de Bankia se muestra partidario de continuar con las ventas de paquetes de Bankia a lo largo del próximo ejercicio. Así lo dejó patente el pasado viernes en una entrevista en la Cope. Eso sí, en ningún momento habló de plazos.

Fuentes conocedoras del proceso aseguran que sólo se puede promover otra colocación una vez que el precio de la acción de Bankia se estabilice "durante dos o tres semanas" por encima de esos 1,51 euros por título. De hecho, el Gobierno había decidido retrasar hasta el próximo año la segunda colocación de un paquete de Bankia ante la imposibilidad de que el precio de su acción supere los 1,51 euros en el corto plazo, cifra a la que desinvirtió el Estado en febrero pasado. Esta decisión se había tomado antes del parón que propugna ahora el propio Guindos.

"Desde el punto de vista de los mercados, no existen muchas ventanas en 2015 para hacer colocaciones de Bankia", explican estas mismas fuentes. "Apenas en el primer trimestre, una vez que Bankia haya publicado sus resultados anuales", aseguran. El plazo se reduce así para febrero y marzo. "A partir de entonces, el ambiente y calendario político (elecciones municipales y autonómicas en mayo) no dejarán muchas opciones de salir al mercado para realizar este tipo de operaciones", insisten.

En el sector también interpretan el retraso en la privatización de Bankia como una medida para relajar la presión sobre la cotización de la entidad, que entra en una espiral de caída en cuanto se mueve en el entorno del precio en el que el FROB desinvirtió en febrero pasado.

"El Estado siempre tiene la opción de sacar un paquete a un precio inferior, si está obligado por motivos políticos, pero eso iría en contra de su mensaje de que con Bankia se recuperará no sólo todo lo inyectado en esa entidad, sino también otra parte del rescate. A día de hoy, no se contempla vender a precios inferiores", aseveran estas fuentes.

Si se consolida la idea de que será difícil formar un Gobierno, según vayan apareciendo encuestas se puede reproducir el castigo sobre la prima de riesgo, lo que se traducirá en unas operaciones de venta más perjudiciales

El ambiente político determinará, sin duda, los precios de la operación. "Si se consolida en los mercados la idea de que será difícil formar un Gobierno, según vayan apareciendo encuestas más próximas a las fechas de las elecciones generales, se puede reproducir el castigo sobre la prima de riesgo, lo que se traduce en una operación más costosa. Un coste que, además, se incrementa cuanto mayor es el paquete que se quiere colocar", explican fuentes de un banco de inversión.

El objetivo del FROB, propietario del 100% de BFA, matriz de Bankia, era finalizar este 2014 con una participación del 50,01% para mantener la mayoría en el banco cotizado. Lo que hubiera implicado vender otro paquete en el entorno del 10%. Sin embargo, iniciará 2015 con un control del 61,2% de Bankia, después de que el fondo de rescate haya aumentado, a lo largo de este ejercicio, ligeramente su participación como consecuencia del canje de las preferentes.

De esta manera, el Estado mantendrá un papel mayoritario en Bankia en el momento en el que se decida el nuevo inquilino de la Moncloa. De hecho, la atomización del accionariado de Bankia provoca que el Estado siga controlando la entidad con un entorno del 30-35% de sus títulos.

El cambio de planes de Guindos también tendrá consecuencias para BMN. La entidad paralizará todos los contactos iniciados meses atrás por el equipo de Carlos Egea con el fin de poner en marcha la salida a Bolsa de un 25% de la entidad. La entidad heredera mayoritariamente de CajaGranada y CajaMurcia tenía previsto debutar en el parqué a lo largo del primer semestre de 2015, como un primer paso hacia su privatización. Este 25% de la participación estatal hubiera supuesto para BMN una entrada de capital en el entorno de los 400 millones, con los que comenzaría la devolución de sus ayudas públicas, unos 1.600 millones de euros en bonos convertibles también conocidos como cocos por los que el Estado obtiene una rentabilidad del 8% anual.

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