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Economía

Los tipos negativos, y no el 'brexit', el problema nº1 de la banca británica: sus ingresos caerán un 35%

Sedes de los bancos Barclays y HSBC en la City londinense.

La banca británica está pasando (y todo hace pensar que seguirá pasando) por malos tiempos. Eso sí, el motivo no es tanto el brexit como las políticas de expansión crediticia y tipos de interés negativos llevados a cabo por el Banco de Inglaterra (BoE). Distintos analistas consultados por Vozpópuli restan importancia, de momento, a los posibles efectos de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, si bien anticipan fuertes caídas de los ingresos de las entidades financieras debido a los desplomes de los márgenes de intereses.

En el sector financiero existe un "optimismo cauto" respecto a los bancos británicos. Este es al menos el análisis de la agencia de calificación crediticia Scope, que en su último informe analiza el posible impacto del Brexit para los bancos. "Los volúmenes de actividad de banca comercial y retail se verán afectados en la medida que el ciclo económico se deteriore, pero la calidad de los activos solo se verá afectada marginalmente", tal y como prevén, en la medida que las posiciones tomadas por las grandes entidades británicas (Lloyd's, HSBC, Barclays y RBS) son "significativamente" más conservadoras que antes de la crisis financiera de 2008.

Y es que la mayoría de los balances de los grandes bancos en Reino Unido están formados por créditos hipotecarios con loan to values relativamente bajos. Por si fuera poco, el número de hipotecas firmadas sigue creciendo después del Brexit (más de 70.000 en lo que va de año), y el precio de la vivienda se ha recuperado (un 39% desde 2009) impulsada por el empuje de Londres. Es decir, que al menos en el corto plazo el sector permanecería siendo sólido.

Los márgenes en caída libre

Esta solidez, en todo caso, estaría más afectada por los estragos producidos por las políticas de tipos negativos llevadas a cabo por el BoE. El banco de inversión Citi califica el momento de "sin precedentes", y anticipa un desplome en los márgenes de intereses y los ingresos de los bancos británicos, que ya se han visto recortados en un 35% según el conjunto de los analistas.

La fuga de la City no se producirá (de momento)

Pese a que antes e inmediatamente después del referéndum de salida de la UE fueron numerosos los bancos internacionales y grandes firmas europeas que predijeron su fuga de la City londinense en favor de otras capitales como Fráncfort, París o Madrid, lo cierto es que a día de hoy, y a la espera de que las negociaciones se concreten, casi nadie pone en duda la preeminencia de Londres como centro financiero de referencia. Así, uno de los grandes bancos británicos, HSBC, prevé un desplazamiento máximo de 1.000 empleados desde su sede en Reino Unido hacia la de París.

Por su parte, los bancos españoles con más intereses en Reino Unido (Santander y Sabadell) ya han dejado clara su estrategia, que no es otra que seguir operando en el país con sus dos filiales

Entre otras razones porque, tal y como explica Fitch en un reciente informe de análisis, esta posición privilegiada de la City supone todo un seguro para la balanza de pagos británica, que se ve beneficiada por las ingentes cantidades de capital financiero que pasan por ésta. "Es posible que, con los acuerdos adecuados ya negociados, Reino Unido retenga su acceso a los mercados de la UE y, por extensión, su estatus de centro financiero global. En este escenario, la balanza de pagos no sería causa de preocupación", anticipan desde Fitch, quienes no se muestran excesivamente preocupados por el hecho de que el déficit comercial británico supere los 100.000 millones de libras cada año, proporcionalmente el mayor del mundo.

Por su parte, los bancos españoles con más intereses en Reino Unido (Santander y Sabadell) ya han dejado clara su estrategia, que no es otra que seguir operando en el país con sus dos filiales (Santander UK y TSB), en la medida que ambas operan en moneda local y no han manifestado verse afectados por ninguna clase de impacto posterior al brexit.

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