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Economía

La banca negocia tres opciones de 'banco malo' empresarial ante las fricciones por el reparto de poder

Emilio Botín, presidente del Santander

La gran banca negocia a contrarreloj la estructura del futuro 'banco malo' que englobará a aquellas empresas que son viables pese a su elevado endeudamiento. Técnicos de los departamentos de riesgos de Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular y Bankia se llevan reuniendo a diario, desde las últimas dos o tres semanas, para encontrar un punto de acuerdo que pueda poner en marcha esta solución en próximas fechas. "Nos gustaría que comenzase a funcionar lo antes posible, si puede ser antes de un mes, mucho mejor, pero según se están desarrollando las conversaciones no es posible aún hablar de una fecha concreta", explica un alto ejecutivo a Vozpópuli.

Las entidades trabajan en tres opciones ante la dificultades societarias que proyecta la creación de este fondo que aglutinará la deuda no sostenible, convertida en capital, de empresas en dificultades. Por una parte, no son tantas el número de empresas en dificultades en las que estas seis entidades aparezcan como acreedores. De otra parte, uno de los puntos de mayor fricción de las negociaciones estriba en el reparto de poder entre las entidades y las fórmulas de financiación. Ningún banco parece dispuesto a ceder más porcentaje que el resto. "Quien tenga mayor participación tendrá más capacidad para evacuar empresas en el futuro vehículo", aseguran entre alguno de los participantes.

De ahí, que las entidades estén trabajando en tres grandes vías. "Ninguna está cerrada en estos momentos, pero alguna plantea más problemas que otras", reconoce este ejecutivo. En un primer momento, se pensó en constituir un único fondo que se iría 'alimentando' de aquellas empresas que cada entidad detectase que son susceptibles de ser viables en el futuro si se les aligera de deuda y pueden volver a tener financiación.

En principio, todas las compañías cuyo endeudamiento supere más de seis veces su ebitda (beneficio antes de impuestos) son candidatas a entrar, porque los bancos consideran que no son viables en esas circunstancias. Hasta el momento, no hay un número definido de empresas que aportará cada entidad.

La vía del banco malo único por entidad es defendida mayoritariamente por el Santander

La pasada semana esta primera prueba piloto contaba ya con un total de 30 empresas susceptibles de formar parte de este 'banco malo' que estará gestionado por N+1 o McKinsey, como adelantaba este medio el pasado 3 de abril. Ambas firmas, que participaron como asesores de la ley concursal, se encuentran ya negociando con los bancos.

La otra alternativa que está en estudio supone la creación de varios fondos que agruparían a las empresas por sectores de actividad. Esta opción facilitaría ofrecer una solución diferente para cada uno de estos bancos malos sectoriales. "Además beneficiaría la búsqueda de posibles inversores porque al segmentarse podría ser más atractivo", explican fuentes conocedoras del proceso.

La tercera vía consiste en constituir un 'banco malo' para cada empresa. De esta manera, se evitarían conflictos de interés y la composición del fondo podría replicar a los porcentajes de deuda que cada entidad tenga de una empresa. Esta solución es defendida principalmente por el Santander. El mayor problema de esta alternativa estriba en el coste de su gestión puesto que el sector quiere que los gestores sean independientes de las entidades.

Ante la dificultad de las negociaciones algún ejecutivo no descarta incluso que "finalmente no se constituya ningún fondo y cada entidad aplique los cambios de la nueva ley concursal para dar solución a su cartera de empresas". Una opinión, sin embargo, minoritaria entre los negociadores.

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