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Economía

El BdE obliga a la banca a provisionar las refinanciaciones de las grandes empresas

Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España.

La banca conocerá, en las próximas semanas, a cuánto ascenderá la factura del ejercicio de reclasificación de los créditos refinanciados impuesto por el Banco de España. Un volumen de provisiones que podría superar los 10.000 millones para el sector, cifra defendida incluso por el propio ministro Luis de Guindos, ante la última vuelta de tuerca del organismo que preside Luis Linde. El supervisor ha obligado a las entidades a clasificar como dudosos todos los préstamos de las grandes empresas que han sido refinanciados más de dos veces o que tengan períodos de carencia superior a 24 meses. Así, por ejemplo, sólo la refinanciación de El Corte Inglés obligará a Santander, BBVA, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular o Bankinter, la principal banca acreedora, a dotar unas provisiones en el entorno de los 600 millones, según fuentes del sector.

"El Banco de España ha tomado esta medida para que el sector aflore toda la posible mora oculta que puede haber en la financiación a las grandes compañías. Quiere tener una verdadera foto para no llevarse ninguna sorpresa en las pruebas del próximo año que realizarán tanto la EBA como el BCE", explica un alto directivo de una entidad.

Todas las entidades han tenido que rehacer el informe inicial, que seguía unas directrices menos exigentes. De hecho, la primera circular enviada por el supervisor a las entidades sólo obligaba a la reclasificación de los créditos refinanciados de particulares y pymes. Se dejó fuera del ejercicio las famosas 'patadas a seguir' de la banca a las grandes empresas para evitar mayores necesidades de capital al conjunto de la banca.

Sin embargo, el Banco de España ha decidido incluirlo finalmente ante las exigencias regulatorias y de capital que implicará todo el proceso de supervisión bancaria única. Por esta razón, el supervisor ha decidido que las entidades reclasifiquen como dudosos todas las operaciones refinanciadas o reestructuradas con períodos de carencia de amortización de capital de 24 meses o más, así como las operaciones no vencidas que hayan sufrido dos o más refinanciaciones.

La mayor parte de los créditos empresariales sindicados tendrá que reclasificarse por parte de la banca para considerarlo como dudosos

En esta situación se encuentran la mayor parte de los préstamos sindicados empresariales a los que la banca ha ido ampliando plazos de carencia en los últimos ejercicios. Además de la reciente refinanciación de El Corte Inglés, operación que deja a la banca el control sobre importantes decisiones como el reparto de dividendo, se encuentran en esta situación empresas como Ferrovial, Prisa, Cortefiel, NH, Sol Melián, San José o Telepizza.

En el informe que ha preparado cada entidad, y que la gran mayoría ya ha enviado al Banco de España, cada banco ha comunicado el volumen total de provisiones a realizar con esta nueva exigencia. Pese a que la fecha límite marcada por el supervisor expira el próximo 30 de septiembre, no será hasta unos días después cuando cada entidad conozca la cifra definitiva tras los ajustes que efectúen se efectúen en Cibeles.

El supervisor ha tomado esta medida ante la sospecha de que las entidades utilizan estas reestructuraciones para evitar la entrada en mora de operaciones que son claramente inviables. De hecho, las sospechas del Banco de España es que el gran foco de la mora oculta de la banca española se esconde en su bolsa de 88.270 millones de créditos refinanciados normales, es decir, que aún están al corriente de pago.

De hecho, para que un préstamo refinanciado pueda seguir considerado como normal tendrá que cumplir unas duras exigencias que hagan altamente probable la recuperación de todos los importes debidos. Para ello se tomarán en consideración factores tales como la inexistencia de un dilatado periodo de carencia, cuotas mensuales que no superen un porcentaje significativo de los ingresos recurrentes en el caso de los particulares o la adición de nuevos avalistas de indudable solvencia o de nuevas garantías eficaces".

Por el contrario, se convertirán de "subestándar" a "dudosos" (una definición que indica que la deuda será difícilmente recuperable y por tanto exige a cambio más provisiones) todos los créditos en los que "se evidencie acusada debilidad en la capacidad de pago del prestatario". Factores tales como "la existencia de garantías eficaces, el otorgamiento de periodos de carencia en la amortización del capital superiores a 30 meses, o la procedencia de refinanciaciones o reestructuraciones previas", especifica el supervisor.

Los datos del supervisor, recogidos en el Informe de Estabilidad Financiera de mayo, cifran en 208.206 millones el nivel de préstamos refinanciados por la banca española al cierre del pasado ejercicio, un 13,6% del crédito al sector privado residente. De ellos, el 42,4% (88.270 millones) está clasificado como normal por las entidades, mientras que un 20,6% (42.890 millones) es subestándar y el 37% (77.036 millones) restante, como dudoso. En total, casi 120.000 millones (concretamente, 119.926 millones) están con problemas de pago.

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