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Economía

BBVA se protege de Maduro: devalúa su filial venezolana en 1.447 M. por miedo a una expropiación

Francisco González y Ángel Cano, presidente y consejero delegado de BBVA.

El temor es latente. Pese a los mensajes a micrófono abierto. "Nos parece remoto que se vaya a expropiar", asegura Ángel Cano sobre BBVA Provincial, la filial en Venezuela. El intervencionismo del Gobierno de Nicolás Maduro obliga, sin embargo, a anticiparse a este posible decretazo. "La inestabilidad en Venezuela obliga a tener previsto cualquier tipo de contigencia", aseguran desde otra empresa del IBEX con intereses en el país latinoamericano. Ante esta tesitura, BBVA ha realizado un movimiento defensivo en Venezuela ante otro golpe de la autoridad: el nuevo sistema cambiario para el bolívar, la moneda local. El tipo de cambio SIMADI, fijado por el Gobierno, corresponde a 193 bolívares por cada dólar. Este cambio supone una rebaja del 93% del tipo de cambio aplicado hasta ahora. En definitiva, la pérdida de valor de los activos denominados en moneda local de las empresas españolas unida a una hiperinflación del 64% es un cóctel de incertidumbre no apto para cardíacos.

Para adaptar la medida, BBVA ha decidido recalcular el valor neto en libros de su participación en BBVA Provincial lo que ha producido un recorte en sus reservas de 1.447 millones. Así, el valor en libros de esta filial latinoamericana ha sido reducida un 90% desde los 1.600 millones hasta los 153 millones, en el primer trimestre de 2015.Con este movimiento, el banco presidido por Francisco González ha puesto a precio de mercado su participación en esa geografía, minimizando el impacto en la cuenta de resultados del grupo. Así, si la entidad decidiese vender esta filial o Maduro decidiera ejecutar una expropiación, los beneficios del grupo se verían afectados en estos 125 millones, junto a la diferencia de cambio entre el bolívar y euro en ese momento.

El Gobierno de Nicolás Maduro aprobó a finales del mes de enero una nueva modificación de su sistema cambiario, regido por tres vías diferentes –nada que ver con el sistema europeo-, al introducir un nuevo cambio para su moneda, el bolívar. Se trata de un instrumento financiero utilizado recurriblemente desde el año 1929, momento en el que se produjo la primera devaluación de la divisa, hasta la última realizada este año. Venezuela cuenta, de este modo, con tres mercados diferentes: el conocido como CENCOEX, para alimentos y salud; el SICAD (I, II), que se introdujo en marzo de 2013, por el que se rigen empresas como Telefónica, y un tercero destinado a ‘legalizar’ el mercado negro de dólares que existe en el país, al estilo de Argentina.

A partir de este trimestre, los beneficios de la filial venezolana (15 millones hasta marzo) quedan aislados de los del resto del grupo para blindar el valor de la acción de BBVA. Una medida que venían solicitando los analistas e inversores desde que se introdujo el nuevo sistema cambiario por el Gobierno de Maduro. Otro guiño evidente para protegerse de los movimientos expropitarios del Ejecutivo venezolano en sectores energéticos o de suministros de bienes básicos.

“Nuestra idea es seguir trabajando muchos años en Venezuela”, ha llegado a reconocer Cano, pese a que, desde los últimos años del Gobierno Chávez, la entidad no puede repatriar los dividendos generados por su negocio en el país. Unos beneficios que quedan retenidos en su gran mayoría, apenas se abren ventanas de 10 ó 15 millones anuales. BBVA, como otras compañías españolas con presencia en Venezuela, destina esta bolsa de beneficios a nuevas inversiones en el inmobiliario o tecnología. De hecho, en Venezuela se desarrollan aplicaciones para la banca móvil que después se expanden al resto de geografías del banco azul.

Con estos cambios contables, la filial de Venezuela obtuvo un beneficio de 15 millones de euros, un 74% menos que los 57 millones del primer trimestre de 2014. Unas cifras que hacen díficil ni siquiera acercarse a los resultados de 2014, cuando la filial ganó 162 millones, un 55,9% menos que un año antes.

En los resultados correspondientes al año pasado, BBVA ya reconoció que “el ajuste por hiperinflación de Venezuela” resultó “muy negativo” para sus cuentas, superior incluso al del año 2013. La entidad cifró en 143 millones de euros el impacto negativo en sus cuentas.

Sombras de expropiación desde la época Chávez

La sombra de la expropiación siempre ha existido desde la llegada al Gobierno de Hugo Chávez. A través del teléfono, delante de un numeroso público -entre ellos varios ministros y funcionarios- y en un acto que estaba siendo retransmitido por radio y televisión, el fallecido presidente llegó a amenazar a Pedro Rodríguez, presidente de BBVA Provincial con expropiar la entidad si no "cumplía" las leyes del país. Fue en enero de 2011. Durante la tensa conversación, transmitida en directo durante un acto en el palacio presidencial con damnificados de lo que llamó "la estafa inmobiliaria", tan solo se escuchan las palabras que el mandatario venezolano le comunica a Rodríguez, al otro lado del teléfono.

Tras la amenaza, Rodríguez mantuvo una reunión con representantes de"víctimasdeestafasinmobiliarias" y del Gobierno venezolanopara tratar de llegar un acuerdo. Una vez finalizada, el directivo aseguró que se sentaron las bases para conseguir un arreglo en los próximos días.

El momento de mayor tensión de la conversación se produjo cuando el responsable del Banco Provincial dijo al presidente que el banco no está en venta, una respuesta que Chávez tildó de "altanera" tras acabar con la llamada. "Usted tenga cuidado con lo que me responda, porque usted me está diciendo que el banco no está en venta pero yo se lo puedo expropiar ya, inmediatamente si quiero, en función del interés nacional, tenga cuidado con lo que me responda, por favor se lo ruego", dijo el presidente venezolano.

Este no fue el único episodio en el que el fallecido líder venezolano amenaza a empresas financieras españolas. En agosto de 2008 Chávez lanzó una advertencia similar al Banco de Venezuela, del Grupo Santander, al que finalmente nacionalizó en 2009.

El Banco Provincial es la tercera entidad privada de Venezuela con más de dos millones de clientes. BBVA posee, desde 1997, el 55 por ciento de las acciones de ese banco, según datos revelados por los medios locales.

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