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Economía

Los 1.000 kilómetros de AVE previstos para 2015 tampoco se terminarán en 2016

La red de AVE presenta numerosos tramo paralizados

El desarrollo de la red de alta velocidad fue la gran apuesta del Gobierno en materia de infraestructuras durante la pasada legislatura y tendría su traca final precisamente el último año, con las elecciones en lontananza, para el que se anunció la puesta en servicio de 1.000 nuevos kilómetros de AVE y su llegada a ocho capitales. Pero la gran apuesta se ha convertido en el gran fiasco porque acabará 2016 y todavía quedará un buen trecho para concluir los tramos prometidos.

El Ministerio de Fomento no perdió la oportunidad para recordar casi en cada comparecencia pública que durante 2015 la red se vería ampliada en un tercio de su extensión. Se avanzaría en recorridos como el extremeño, entre Plasencia y Badajoz; el andaluz, con la llegada a Cádiz y Granada; el de Levante, con Murcia como nuevo destino…

El AVE que más se desarrolló fue el gallego, mientras que el resto no vio sino pequeños avances trufados de numerosos problemas

Sin embargo, muchos gozos quedaron en sendos pozos. El AVE que más se desarrolló fue el gallego, con nuevas paradas en Zamora, Palencia y León. El resto no vio sino pequeños avances trufados de numerosos problemas. Como los que se dieron en Murcia, con la anulación de los planes para el soterramiento de las vías férreas; los sempiternos obstáculos para la variante de Pajares (Asturias), que ha forzado incluso a anular sine die una de las licitaciones clave; numerosos conflictos entre el Gobierno central y las administraciones autonómicas; y, además, los numerosos encontronazos con los grupos constructores a cuenta de las reclamaciones por sobrecostes y modificados.

Entre unas cosas y otras, los prometidos 1.000 kilómetros se han quedado en poco más de la mitad. Tampoco ha facilitado la maniobra el hecho de que el Ejecutivo lleve más ocho meses en funciones y con la perspectiva de que este plazo podría ampliarse, incluso de forma notable. No obstante, la promesa quedó incumplida de forma holgada a finales de 2015, cuando el Gobierno apenas llevaba diez días en esta situación.

Incertidumbre política

Casi un año después, la situación no ha mejorado de forma significativa. Es más, los problemas con los grupos constructores persisten en todo lo alto y las amenazas de abandonos de obras y rescisiones de contratos están a la orden del día. Uno de los tramos más afectados por esta cuestión es el extremeño, así como el AVE al País Vasco. Las constructoras sostienen que Fomento debe afrontar el pago de los modificados puesto que fueron autorizados en su día. El conflicto parece ir para largo, lo que hará que los calendarios sigan saltando por los aires.

El futuro Gobierno podría verse obligado a replantear la cuestión en torno al AVE y tener menos prisas tanto para terminar lo ya iniciado como para planificar extensiones

Fuentes conocedoras de la situación señalan que las compañías son conscientes de que precisamente esta circunstancia podría favorecer a sus intereses puesto que las sucesivas promesas del Gobierno respecto a la llegada de la alta velocidad a determinados puntos van cayendo como fichas de dominó.

En cualquier caso, la incertidumbre política añade aún más dudas sobre la consecución del ambicioso objetivo marcado a comienzos del pasado año, para dar el espaldarazo definitivo al desarrollo de la red de alta velocidad, la mayor de Europa y la segunda del mundo, por detrás de China. El futuro Gobierno podría verse obligado a replantear la cuestión en torno al AVE y tener menos prisas tanto para terminar lo ya iniciado como para planificar futuras extensiones.

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