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Desayunos Vozpópuli

Encuentro financiero Vozpópuli-BLI: ¿La planificación de carteras a largo plazo ha muerto?

Es el momento del gestor, hoy más que nunca, en un momento en el que los mercados no permiten la más mínima alegría en el terreno teóricamente confortable (la renta fija) y en el que el concepto largo plazo ha mutado en las carteras.

Esta fue una de las principales conclusiones del encuentro financiero organizado por Vozpópuli y Banque de Luxembourg Investments (BLI), celebrada en la sede de la agencia de valores Talenta. En el mismo, estuvieron representantes del family office Troy Consultores Eafi y de la gestora Solventis.

Es decir, un banco internacional de patrimonios, una gestora nacional independiente, una agencia de valores y una Eafi, configurando un panel de lo más amplio para desgranar qué están haciendo los grandes managers de patrimonios para preservar las inversiones de sus clientes en función de sus intereses.

David Córdoba, director de Banque de Louxembourg Investments (BLI), defiende algunas ideas de mercado para optimizar el binomio rentabilidad-riesgo, accesibles a través de algunos fondos de inversión, como los fondos de dividendo, capaces de repartir cupones anuales del 3-4% y con muy baja volatilidad” y otros de “empresas familiares que como el resto de fondos de la gestora buscan e invierte en empresas de calidad, en compañías que tengan ventajas competitivas y sepan adaptarse a cualquier entorno, alcista o bajista”.

“Las estrategias de Buy & Hold, muy complicadas”.

Como opción más outsider, en BLI apuestan por Japón, donde las empresas tienen crecimientos de beneficios reales más altos que en Europa o EEUU, crecimientos por otra parte que vienen más por incrementos de ventas que por reducción de costes, y con exposición al crecimiento doméstico de Japón, no solo empresas exportadoras. 

¿Planificación? Complicada

La actual coyuntura de tipos mundial hace casi imposible especialmente en los países desarrollados, realizar una cartera de buy & hold que compense la rentabilidad al riesgo.  “Subidas de tipos, aumento de diferenciales, inflación o repunte de los niveles de default, harían que estas inversiones tuviesen fácilmente un tipo real negativo”, indicaba Christian Torres, director general de Solventis SGIIC. En la renta fija, “no queda más remedio que compensar carteras con productos ilíquidos, pequeños de tamaño y en definitiva poco seguidos para obtener valor en estrategias a vencimiento.  Nuestro activo preferido sigue siendo la renta variable”.

Pese al largo recorrido, “muchos valores no se encuentran excesivamente caros medidos en términos de beneficios y seguimos planteando que a largo plazo un buen stock picking de valores con endeudamiento controlado, generadores de caja y comprados a buen precio es la mejor forma para obtener rentabilidades de más 4%-8% adicional al bono gobierno a 10 años”.

“Dividendo, Japón y empresa familiar, buenas alternativas”.

Jorge Martret, de Talenta, incide en la “asimetría de riesgo en renta fija”, lo que lleva a intentar “eliminar el riesgo duración” en las carteras. Los bonos con duraciones amplias entrañan riesgos (“hace pocos meses el bund estaba al -0,20% y ahora está al 0,4%”), las rentabilidades de la deuda corporativa en sus diferentes subclases están en mínimos y cuanto más se compriman más violenta puede ser la reacción cuando el mercado se dé la vuelta;  “como una goma elástica”, indica.

Por su parte, Ignacio Encinas, socio y analista financiero de Troy Consultores Eafi, apunta que  en el intento de mantener el riesgo estable, “sólo tendría un 10% en deuda a largo plazo”. Es un momento de carteras multigestión y de control de la euforia: “estamos en un entorno de gestión dinámica y valoración de riesgos, en el que se debe diferenciar más que nunca entre entidades que comercializan productos y aquellas de gestión activa donde la comercialización no es el objetivo”.

“Momento de multigestión y de poca euforia”.

En lo que coinciden los expertos es en que, con toda probabilidad, “hay que estar preparados para frenar al cliente”. Con el tirón de los mercados en los últimos meses y las volatilidades a la baja, las tentaciones de incrementar riesgos pueden ser generalizadas. “Habrá que saber medir muy bien el deseo de incrementar riesgos frente a la capacidad real de asumirlos”, coincidían todos. “La falsa sensación de seguridad que otorga la menor volatilidad está trayendo deseos de más exposición a la renta variable”, confirmaba Jorge Martret.

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