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Valencia Basket se adelanta en la final ante un valiente Unicaja

El Valencia Basket cambió su habitual inspiración por tenacidad y su alegría por dureza mental para superar sus nervios y a un valiente pero efervescente Unicaja en el primer partido de la final de la Eurocopa, en el que Bojan Dubljevic fue el encargado de rematar al conjunto malagueño.

Sin la presión de ser favorito, el equipo andaluz dominó la primera parte pero no pudo romper el partido. Aguantó los dos primeros intentos de remontada locales pero a mitad del tercer cuarto empezó a perder consistencia y se vio desbordado por el 'fondo de armario' local, pues fueron Will Thomas, Romain Sato o Pierre Oriola los que inclinaron la balanza al unirse a Dubljevic.

El Unicaja empezó desinhibido, sin notar la carga moral de sus cuatro derrotas ante el Valencia esta campaña. Anotó los primeros tres triples que lanzó y abrieron la serie Waczynski, que el sábado había errado los cuatro que intentó en el choque liguero que disputaron, y Nedovic, que arrastraba problemas físicos. Y con ese impulso dio un primer golpe (7-17, m.6).

Atenazado por los nervios en la finalización de sus bien construidos ataques, el Valencia tuvo que esperar a la entrada en el choque de Joan Sastre para despegar. Dos triples del balear le devolvieron de golpe la tranquilidad, y empató el partido antes de acabar el primer cuarto.

El equipo andaluz perdió puntería pero lo suplió con un gran despliegue en el rebote ofensivo y una pegajosa defensa. De la mano de Fogg abrió hueco y al Valencia le volvieron a entrar los miedos. Tuvo que aumentar su intensidad y encomendarse a Dubljevic y de nuevo a Sastre para equilibrar el choque justo antes del descanso (35-35, m.20).

Volvió a empezar el Unicaja más duro, con Lafayette dirigiendo con tino y un Brooks demoledor y obligó a Pedro Martínez a mover rápido sus fichas. Retiró a Van Rossom, mareado, y a un Sikma poco contundente y las fuerzas se nivelaron. Sobre todo, porque el trabajo atrás de los valencianos cegó los caminos hacia su aro.

Al final, la tenacidad local tuvo su premio y un triple de Sato puso por delante a su equipo por primera vez desde el 1-0 inicial (47-46, m.39). Al centroafricano le siguieron desde la línea de 6'75 un inspirado Will Thomas y el ya recuperado Van Rossom. El Unicaja no pudo seguir el ritmo (58-52, m.32).

La labor de Sato y Thomas y también de Pierre Oriola, habitualmente secundarios, fue fundamental en ambos aros tanto en puntos como en rebote para que el Valencia pudiera abrir brecha, pero al final fueron dos triples de Dubljevic los que acabaron con la férrea resistencia de Brooks y del Unicaja y adelantaron al Valencia en la final.

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