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Los seis españoles campeones del Tour apoyan al dopado Armstrong o no le critican abiertamente

Indurain y Armstrong, el día que el norteamericano ganó su quinto Tour.

“¿Deberían devolverle a Lance Armstrong sus siete triunfos en el Tour de Francia?” La pregunta la realizó, a modo de encuesta, el diario holandés De Telegraaf entre los 25 campeones vivos de la ronda gala. El resultado evidencia que el dopaje está más que arraigado en la cultura de este deporte. Sobre todo, en España.

De los 25 consultados, doce respondieron afirmativamente, siete dijeron que no y los seis restantes no se pronunciaron. Vamos, que una amplia mayoría perdona el dopaje del texano o, al menos, no lo condena abiertamente.

Así, Bahamontes, Indurain, Perico y Pereiro respondieron afirmativamente. Es decir, los cuatro están a favor de que el norteamericano, dopado confeso, vuelva a figurar como sin tal cosa en el palmarés del Tour. Los otros dos españoles ganadores en París, ContadorSastre no saben o no contestan. (Luis Ocaña, séptimo campeón, se suicidó en 1994).

La peregrina razón con la que justifica Indurain su "sí" no tiene desperdicio: “Todos los Tour deben tener un vencedor, la historia se escribió así”.

Más contundente aún fue el irlandés Stephen Roche, campeón del Tour en 1987: "Armstrong debe permanecer en esa lista. En los 100 años de historia de la carrera no se puede no tener un ganador durante siete años. El dopaje ha sido parte del deporte, no sólo para el ciclismo, desde hace décadas. ¿Quién me dice Jacques Anquetil ganó limpio? ¿Hay que quitarle sus victorias? o ¿por qué Richard Virenque tiene que conservar sus jerseys de lunares?"

Lo mismo opina el veterano Joop Zoetemelk: "Nunca deberían haber borrado a Armstrong de la lista. No pueden cambiar los resultados 10 años después. Por supuesto que no es bueno lo que hizo, pero no se puede reescribir la historia".

Curioso que Schleck y Pereiro opinen a favor de la devolución de los triunfos a Armstrong cuando ellos ganaron por descalificación de Contador y Landis, precisamente por dopaje.

Froome, uno de los minoritarios ganadores que condenan sin paliativos a Armstrong, afirma: “Esos lugares vacíos simbolizan una mala época. De hecho, que devolviera los maillots amarillos supondría un buen gesto por parte de Lance”.

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