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Tebas roba el fútbol a los aficionados... y encima les insulta

Tebas roba el fútbol a los aficionados... y encima les insulta

Ni el "Tebas vete ya", cántico habitual en todos los estadios de España, ni la campaña en Twitter con la etiqueta #NiUnVotoATebas. La inmensa mayoría de los clubes de fútbol profesionales desprecian a sus aficionados, así que hicieron oídos sordos a esa reivindicación y avalaron a Javier Tebas, reelegido oficialmente este martes presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP).

De los 42 equipos de Primera y Segunda, solo Real Madrid, Athletic, Real Sociedad, Eibar y Real Oviedo no apoyaron a Tebas. Los 37 restantes fulminaron de un plumazo a Álex Aranzábal, expresidente del Eibar que pretendía darle la batalla electoral al presidente de la LFP. Cuando fue consciente de que ni siquiera obtendría los once avales necesarios para presentarse, renunció.

La postura de todas esas sociedades anónimas ha provocado la enésima fractura social con sus respectivos aficionados. Estos llevan años protestando por el elevado precio de las entradas y abonos, los horarios esquizofrénicos y otras muchas decisiones sobre la competición que se toman sin contar con esos seguidores que, pese a todo, siguen acudiendo a los estadios.

La indignación y el deseo de echar a Tebas de la presidencia de la Liga se acrecentó en las últimas semanas. Ahora, encima, se sienten traicionados por los dirigentes que comandan los clubes de sus amores. Y no solo son aficionados de las dos ligas profesionales. Seguidores de equipos de categorías inferiores también se han manifestado en esa línea crítica:

https://twitter.com/Alvaro_Celta/status/781863903034826753

La gestión de Tebas ha concitado tal rechazo que ha sido capaz de unir en la reivindicación a todas las aficiones. La extrema rivalidad entre Betis y Sevilla, Celta y Deportivo o Sporting y Oviedo se aparca en este asunto.

Y más cuando, en lugar de buscar algún mínimo resquicio para intentar acercar posturas, a Tebas no se le ocurre nada mejor que tildar de ultras a todos los aficionados que piden su dimisión.

"Hay una campaña orquestada por foros ultras de España contra mi y apoyando a Álex Aranzábal", declaró el presidente de la LFP en una nueva provocación que pretendía confundir a la opinión pública acusando de violentos a todos aquellos que no le quieren: 

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