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Sebastien Loeb, el gimnasta que bate marcas en el automovilismo

Sebastien Loeb (Citroen) sumó este domingo su noveno título mundial. Y lo hizo en Haguenau, la ciudad que le vio nacer hace 38 años, y donde consiguió sus primeros triunfos, pero en la gimnasia, no en el automovilismo, aunque su interés por la mecánica le llevó a los deportes de motor, donde ha batido todas las marcas.

Hijo de un profesor de gimnasia, su vida ha estado siempre muy unida al deporte. Practicó la gimnasia artística desde joven, donde despuntó sumando varias victorias en campeonatos regionales, aunque no llegó a competir a nivel nacional.

En su evolución académica prefirió hacer un ciclo de electricidad al mismo tiempo que comenzaba a trabajar en empresas de la ciudad. Con su primer sueldo se hizo con un Renault 5 Turbo con el que empezaría a hacer las primeras diabluras sobre el asfalto.

Pronto demostró que su interés estaba en la competición y no tanto en las clases ni la electricidad. Consiguió un pequeño presupuesto y un patrocinador para empezar a competir en las pruebas de la zona donde comenzó a demostrar su potencial.

En el año 1999, consiguió la victoria en la Copa Saxo del Nacional de Francia. Para entonces ya había entrado en la disciplina del equipo Citroen de Rallys de la mano de Guy Frequelin su gran mentor.

La marca ya sopesaba su entrada en el Mundial de rallys para hacer la temporada entera y no sólo pruebas sueltas como realizaba hasta entonces de la mano del galo Philipe Bugalski y el español Chus Puras, y se terminó de decidir.

Frequelin le llevó a disputar el Mundial Junior, que venció en su primer intento, en el año 2001.

Un año después, fue el primero en el que tendría un programa completo en la máxima categoría del mundial, aunque ya había debutado con un WRC. En Montecarlo, la primera cita del calendario, sería el más rápido sobre los tramos, aunque fue desposeído de la victoria por una infracción del equipo, que no suya. El mismo año pisaría en Alemania, por primera vez, el peldaño más alto de un podio.

Su primer título de campeón llegó en el año 2004, aunque bien pudo haber sido un año antes, en 2003, cuando lo perdió, en favor del noruego Petter Solberg, entonces con Subaru, porque Frequelin prefirió no arriesgar en la última prueba, rally de Gales, y asegurar su segundo puesto que le daba el título de constructores para Citroen, el primero de los ocho que ya tiene.

Loeb aceptó la petición y cumplió. Fue subcampeón, de no haber sido tan conservador, hoy podría estar celebrando su décimo título.

Pero desde entonces apenas ha dejado las migas para el resto de competidores. En 2004 consiguió su primer mundial, pese a que compartía escudería con el británico Colin McRae y el español Carlos Sainz.

Su dominio en el Mundial ha sido arrollador y ha visto cómo sus principales rivales se han ido retirando, así como el resto de marcas que competían de forma oficial, cansadas tanto de sus repetidas victorias como de las de Citroen, el equipo al que siempre estuvo unido.

Tal ha sido su dominio que, en el año 2006, venció sin disputar las últimas cuatro citas del mundial, se rompió un hombro entrenando en bicicleta y el finlandés Marcus Gronholm, su gran rival, solo pudo conseguir tres victorias en esas cuatro pruebas cuando necesitaba el pleno.

Pronto empezó a interesarse por otras disciplinas, sobre todo de circuitos. Ha intentado entrar en la Fórmula 1 en varias ocasiones. En 2006 probó un Renault y en 2008 hizo lo mismo con Red Bull, el principal patrocinador de Citroen en el WRC.

Para 2010 contempló la posibilidad de que sustituir a su compatriota Sebastien Bourdois en Toro Rosso, el equipo satélite de Red Bull en la F1, pero su falta de experiencia en monoplazas y el hecho de que no tuviera la Superlicencia, desecharon esta posibilidad.

También ha participado en las 24 horas de Le Mans en dos ocasiones, siendo segundo en 2006 por delante de uno de los Audi, los máximos favoritos entonces.

Haguenau ha visto hoy el último título del gran campeón del mundial de rallys. No se retira definitivamente del campeonato, aunque ya ha anunciado que el próximo año no disputará todas las pruebas del calendario.

Es seguro que estará en Montecarlo, el primer rally del año, y se le espera en cuatro o cinco, según ha revelado él mismo. Aunque habrá que ver qué resultados obtiene y sus posibilidades en el mundial.

Se espera que tenga mucho tiempo libre y Citroen cuenta con él en una futura incursión en el Mundial de Turismos, donde la marca podría desembarcar en 2014.

Se cumplen así varios deseos, el primero del piloto por llegar a una disciplina internacional e importante de circuitos, y de la marca de contar con su piloto emblema con el que buscar un campeonato que le dará mayor popularidad en nuevos mercados.

El piloto celebró hoy su noveno título del mundial de rallys, aunque podría no ser su última corona internacional.

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