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El Barça tiene el enemigo en casa: tres presidentes dimitidos en 14 años y sólo uno acabó su mandato en democracia

El dato revela la inestabilidad institucional que vive el FC Barcelona, y concretamente su sillón presidencial. Desde la proclamación de Josep Lluís Núñez como máximo dirigente azulgrana en 1978, sólo Joan Laporta (2003-2010) ha finalizado su mandato, aunque una moción de censura estuvo a punto de echarle dos años antes de terminarlo y en julio de 2006 una junta gestora, con Xavier Sala i Martín al frente, se hizo cargo del club hasta el comienzo de su segunda legislatura.

Anteriormente al longevo Núñez (1978-2000), Narcís de Carreras (1968-1969) y Raimon Carrasco (1977-1978) también permanecieron tan sólo un año en el cargo, con Agustí Montal Costa (1969-1977) dando un poco de estabilidad entre ambos.

De hecho, el recientemente dimitido Sandro Rosell (2010-2014) es el tercer presidente de los cuatros elegidos en las urnas desde aquel lejano 1978 que deja el cargo de manera voluntaria, anticipada e irrevocable. Entre medias de tantas dimisiones, la historia aún recuerda el estrambótico caso de Enric Reyna (2003).

Primero fue Josep Lluís Núñez quien en 2000 se tuvo que marchar tras un clamor popular en su contra y a pesar de haber ganado siempre los comicios en los que se presentó. Con Louis van Gaal muy criticado en el banquillo, sus problemas se acuciaron fuera del club y, como en el caso de Rosell, por cuestiones que acabaron en los juzgados. De hecho Núñez y su hijo fueron condenados a seis años de cárcel por sobornar a funcionarios.

Joan Gaspart (2000-2003), el segundo presidente que tuvo el Barça en democracia, también se vio obligado a dimitir. En 2003, tras dos años y medio sin ser capaz de enderezar el rumbo del club, el ex vicepresidente más famoso que se recuerda, se vio abocado a presentar la dimisión por la presión popular, pero, sobre todo, de la Generalitat, desde donde le 'recomendaron' convocar elecciones.

El breve mandato de apenas tres meses de Enric Reyna en 2003 tras la dimisión de Gaspart, desembocó en una asamblea que le obligó a dejar el club en manos de una gestora presidida por Joan Trayter. Llegó Joan Laporta, y con él su entonces inseparable 'Sandrusco' Rosell. 

Sin embargo, el caso de Rosell es muy diferente al de sus tres antecesores. Sin contar al efímero Reina, el club vive un buen momento deportivo, además de una paz social y una estabilidad económica que no las tuvieron Núñez, Gaspart y Laporta. Lo curioso es que el último ex presidente abandona antes de tiempo la entidad por segunda vez, después de que dimitiese cuando era vicepresidente deportivo en la primera etapa con Joan Laporta.

Una vez fuera del Barça, Rosell se convirtió en opositor y apoyó la moción de censura. Después, volvió para ser presidente. Ahora, con Josep Maria Bartomeu en su sustitución al frente del club, el Barça suma seis presidentes en apenas 14 años, casi la mitad de los 22 que llegó a ocupar Josep Lluís Núñez. Por más que el propio Bartomeu se empeñe en amputar hacia Madrid, lo cierto es que las causas de la inestabilidad institucional del Barça son internas. Y basta con remitirse a la historia para no poder ocultarlo.

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