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Los menos habituales del Madrid se reivindican en un plácido partido contra el Eibar (3-0)

Lanzamiento de falta de Cristiano que supuso el gol del portugués.

La doctrina Ancelotti dice que el Madrid no puede perder ninguno de los diez últimos partidos de la liga si quiere ser campeón. De momento, cumple. Es cierto que los últimos encuentros de los blancos, quizá con la excepción del Rayo, han sido plácidos, contra rivales de la zona baja que no tienen potencial suficiente para incomodar al transatlántico. No es menos cierto que el Madrid ha experimentado una mejora importante después de la crisis de febrero, del mismo modo que contra el Córdoba o el Deportivo sufrió, contra Granada o Eibar se ha paseado.

Incluso con suplentes el Madrid le saca varios cuerpos al equipo eibarrés. De hecho el partido es en sí mismo un recado a Ancelotti, en el Bernabéu contra rivales de la zona baja no es necesario sacar todos los tanques a la calle. Una de las peores cualidades del entrenador italiano es su renuencia a administrar descansos, lo que supone un desgaste excesivo para las estrellas del equipo, que juegan más de lo que deben con el riesgo y el cansancio que eso conlleva.

La principal gracia del partido, de hecho, estuvo en ver a los suplentes. Casi todos cumplieron, aunque es cierto que la exigencia no era alta y el ritmo pausado beneficia a los jugadores que no son habituales. Arbeloa, por ejemplo, hizo un gran partido. No es un esteta, es probable que jugar en el Madrid le quede grande, pero en partidos de exigencia moderada tiene para cumplir sobradamente. Es más, dio una muy buena asistencia a Chicharito en el segundo tanto del equipo.

Algo muy similar se puede decir de Illarramendi. No es lo suficiente para el Madrid, pero sí para jugar contra el Eibar. Estuvo más valiente que otras veces, más mandón y preciso. También es cierto que con Modric al lado se vive mucho mejor. Excelente jugador el croata, que ha dado luz a un equipo al que le dolió mucho su ausencia.  No es casualidad que los de Ancelotti hayan recuperado el pulso con su vuelta.

En cuanto a los delanteros, que hubo dos nuevos, Chicharito y Jesé marcaron y eso es cumplir. Es curioso el mexicano, un jugador que no parece tener grandes cualidades salvo cuando la portería aparece enfrente. Es un ariete de los de toda la vida y suele aprovechar sus ocasiones cuando entra. Al menos las oportunidades que duran más de dos minutos. No tiene muchas de esas.

Jesé, por su parte, fue de menos a más. En la primera mitad, cuando el Madrid mejor estaba, el canario no reclamaba su puesto, era el único desconectado de la buena línea. Cuando los blancos se adormilaron él empezó a aparecer más, hasta el punto de marcar un notable gol que cerró el 3-0. La celebración es significativa, el banquillo se levantó entre aplausos, saben bien lo que ha sufrido en esta temporada, primero con su grave lesión de rodilla, después por la falta de oportunidades en el equipo. Tiene tres cracks mundiales por delante, demasiado techo como para poder volar.

El otro gol blanco fue de Cristiano, lo que no es noticia; de falta, que sí que es nuevo. Se empeña en tirar todas a pesar de no tener un buen ratio de eficiencia, con tantas que lanza lo normal es que de vez en cuando marque alguna. No imaginen un tiro colocado, precioso, una falta canónica, su disparo dio en un defensa armero y terminó entrando blanda por el centro de la portería. Irureta ni se enteró de lo que estaba pasando. En cualquier caso vale igual, ya son 38 en el campeonato –el récord en una temporada en la época previa a los bichos- y, lo que es más grande, igualó a Di Stéfano como segundo máximo goleador del Madrid en Liga. Toda marca que suponga alcanzar a don Alfredo debe ser tenida muy en cuenta.

El Eibar, que sigue en caída libre, espera que lo hecho en la primera vuelta les dé el boleto para estar un año más en la élite del fútbol nacional. Fueron al Bernabéu casi de visita, incapaces de desmontar la ofensiva blanca y sin hacer el más mínimo daño a Keylor Navas. El portero, otro de los nuevos,  no puede ser calificado porque el equipo armero vio el área blanca solo de lejos. Es un equipo muy digno, ha hecho bien las cosas durante meses y ha dejado un buen recuerdo en los amantes del fútbol esta temporada. El tópico decía que iban a ser un equipo bronco, surgido del barro y Garitano demostró que no era esa en absoluto su intención. Es posible que un equipo más rocoso hubiese hecho más daño al Madrid, pero no se puede improvisar un modo de juego que no se controla. Les quedan semana por delante para sufrir, aunque la impresión general es que hay otros equipos con peores números para el descenso.

El Madrid, que sigue soñando con la Liga, tiene en la próxima semana uno de los grandes retos de la temporada: exorcizar los demonios del Atlético. En todo el año ha ido a remolque en las muchas ocasiones en las que se han enfrentado a los de Simeone, que les tiene tomada la matrícula. El futuro del entrenador depende mucho de ser capaz de pasar este trago y pensar en la Undécima. Tampoco se lo ponen fácil desde arriba, los objetivos no pueden ser más elevados.

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Arbeloa, Varane, Ramos (Pepe, min, 64), Marcelo (Nacho, min. 64); Illarramendi, Modric (Lucas Silva, min. 60), Isco; Jesé, Chicharito y Cristiano Ronaldo.

0 - Eibar: Irureta; Lillo, Añibarro, Raúl Navas, Dídac; Dani García (Boateng, min. 76), Borja, Capa, Saúl Berjón (Arruabarrena, min. 46), Javi Lara; y Manu del Moral (Piovacari, min. 65).

Goles: 1-0, min. 21: Cristiano Ronaldo; 2-0, min. 31: Chicharito; 3-0, min. 83: Jese.

Árbitro: Hernández Hernández. Mostró cartulina amarilla a Didac y a Boateng por parte del Eibar.

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