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La maldición de la Champions convierte a Barcelona, Bayern y City en máximos candidatos

Los entrenadores de los favoritos a hacerse con la Champions.

Se cumplen 25 años de la instauración de la actual Liga de Campeones como tal. Una renovación de la Copa de Europa a la que sometieron a un lifting para comercializar con éxito, especialmente en el mercado televisivo. Desde que Boli anotó aquel gol decisivo, que dio al Marsella su único título con un remate a la salida de un córner, ningún club ha sido capaz de enlazar dos títulos seguidos. En estos 25 años el Real Madrid acumula cinco orejonas, por cuatro del Barcelona, tres del Milán o dos del Bayern y del United

La maldición dice que ningún es capaz de defender con éxito su corona, y atendiendo a eso, el Real Madrid dejaría paso a otro campeón. En las quinielas de favoritos, o alternativas, aparece el Barcelona de Messi, el Bayern de Ancelotti, que llega para alzar la Champions que Guardiola no pudo conquistar en sus tres años en Bavaria, y el Manchester City del propio Pep, fichado a bombo y platillo para aumentar el aura de los citizens a los confines continentales. De inicio llama la atención la no aparición del Manchester United de Mourinho, que recibió de Van Gaal la herencia envenenada de participar en la Europa League.

En estos 25 años el Real Madrid acumula cinco orejonas, por cuatro del Barcelona, tres del Milán o dos del Bayern y del United"

Los equipos ingleses tienen serios problemas para cumplir las expectativas lejos de Gran Bretaña. Con Guardiolla al mando y un equipo golbalizado futbolísticamente, no debería sufrir ese hándicap. Con Agüero en punta, De Bruyne, Nolito, Sterling y comandados por Silva, los citizens son un bloque ofensivamente muy versátil. El triunfo en Old Trafford confirma la buena asimilación del libreto de Guardiola por parte de sus jugadores. También el Bayern se perfila como un rival poderoso guiados por el pragmatismo de Ancelotti, capaz de adaptarse a cualquier plantilla y sacarle buen rendimiento. En este caso se topa con un Bayern exigido tras cinco años sin conquistar la Liga de Campeones. Lewandowski, Douglas Costa, Müller, Xabi Alonso, Thiago, Ribery, Renato, Javi Martínez, Neuer... El potencial es descomunal.

Pero el verdadero enemigo, el adversario a batir de los madridistas, más allá de ellos mismos y la maldición de la Champions, es un Barcelona que alterna con los blancos en lo más alto del podio europeo en los últimos tres años. Messi, Neymar, Luis Suárez y compañía han visto reforzado su fondo de armario para llegar con menos kilómetros en las piernas a la recta decisiva de la temporada en mayo. Sus desatenciones defensivas son el talón de Aquiles que Luis Enrique debe resolver para discutir a Zidane la supremacia continental. En un año sin Mundial, Eurocopa o Copa América, la trascendencia de la Champions se dispara. Y ese tirón mediático se monetiza en premios sustanciosos como los 57 millones de euros que se embolsará el campeón de una competición que mueve más de 500 millones en derechos de televisión. La Champions, prestigio y negocio o negocio y prestigio. Tanto monta. 

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