"Vallecas y el Rayo no pueden permitir que Carmen se quede en la calle"

El Rayo Vallecano se ha convertido en el ejemplo de toda Europa. El pasado viernes Carmen, una mujer del barrio de 85 años, fue desalojada a primera hora de esta mañana en el número 10 de la calle Sierra de Palomeras, en el madrileño barrio de Entrevías. El hijo de Carmen había solicitado 70.000 euros a un prestamista particular, cuyo aval era la vivienda de su madre. Como no pudo devolver esta cantidad, el prestamista se quedó con la casa y la subastó. Entonces, el nuevo propietario quiso disponer de la misma y por ello acudió a la Justicia.

El mismo viernes por la tarde Paco Jémez y el club comenzaron a movilizarse para tratar de solucionar el problema de Carmen. “Yo entré el sábado en el vestuario y propuse al equipo echar una mano y hacernos cargo de los gastos de la señora hasta que le solucionarán su problema con una vivienda social. En un minuto todos los jugadores se pusieron de acuerdo. No podemos permitir que Carmen se quede en la calle. Esto demuestra que no sólo son buenos deportistas sino que son buenas personas. Incluso el club se puso manos a la obra para buscar canales para ayudar a Carmen”, apunta el entrenador. 

El técnico tiene claro que “no importa quién ayuda, lo importante es que se la ayude. Vamos a conseguir que tenga su piso y pueda vivir dignamente hasta que una institución resuelva ese problema. Nos haremos cargo de los gastos hasta que se solucione el asunto”. El club va a destinar parte de la taquilla ante el Sevilla a sufragar esos gastos y se abrirá una fila 0. 

Además, en el partido que el Rayo jugó ayer por la mañana ante el Celta, la afición desplegó pancartas apoyando la iniciativa de su plantilla, que fue recibida con una ovación cerrada. "La salida del equipo al campo ha sido espectacular. La gente estaba emocionada y con ganas de agradecer al equipo su gesto. Estas cosas hacen crecer al barrio y al equipo”, señala Paco, para quien "Vallecas es un zona muy reivindicativa. Es un barrio muy humilde y sensible a este tipo de cosas. Vallecas está acostumbrada a sufrir, a caer y a levantarse. Son las señas del barrio y el equipo ha heredado esas señas. El barrio no es mejor ni peor, es distinto".