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Noche con más barrio (Suárez) que magia (Messi) en el Camp Nou

Mandala derriba a Luis Suárez en la jugada clave del partido.

El 3-4-3 de Luis Enrique, de momento, justifica la entrada. Su apuesta por alinear tres zagueros y sobreponlando la medular convierte los partidos en asedios azulgranas en los que si el rival supera la cortina defensiva del mediocampo culé encuentran praderas. Si dispones de merodeadores de área con pie fino, puedes enlazar alguna combinación que te plante ante Ter Stegen.

Ante el Valencia, el Barça salió enchufado con Iniesta animoso y Neymar lúdico. Pero los ché desplegaron un par de estampidas sembrando cierta incetidumbre en los culés. Partido de ida y vuelta. Por más que acumularon posesión los culés, se adelantó el Valencia con un gol de Mangala en un córner.

Pero además de la magia de Messi y las virguerías de Neymar, el Barcelona disfruta de un 9 callejero como Luis Suárez, que en un abrir y cerrar de ojos dio la vuelta al partido. Un futbolista que huele los goles en el área, pero que tiene ese descaro de barrio que le permite echarse a atrás y disfrazarse de 10 para inventar una solución. Un Juan Palomo del área que tienes destellos de tercipelo en su fútbol de esparto.

En su gol se sacó de encima a Mangala con más barrio que clase. En la segunda forzó un penalti que mandó al vestuario al central y permitió a Messi adelantar a los locales. Leo se sacó así la espina ante Diego Alves en los duelos desde los 11 metros.

Pero a este Barça se le hace grande la defensa atrás y en una jugada rápida de los valencianistas, donde destacó durante todo el partido la personalidad del canterano Carlos Soler, marcó Munir. Pese al tanto, el ex azulgrana no tuvo su día, perdonando otras dos estampidas en las que gestionó mal. Como si estuviese superado por el contratiempo de jugar ante sus excompañeros en el que era su estadio.

Del vestuario salió el Valencia a defender el punto encastillado en su área. Pero un gol rápido de Messi con la derecha obligó a los chés a arriesgar y desemboscar su plan defensivo. Con el partido desabrochado, la media hora final fue entretenida. La imprudencia azulgrana y la necesidad valencianista gobernando un encuentro sin dueño ni prejuicios. Neymar la mandó a la escuadra, mientras los aficionados se revolvían inquietos en sus localidades en el Camp Nou porque no se cerraba el partido.

Y en la última jugada del partido Neymar frotó la lámpara y se inventó un gol que firmó André Gomes en la raya de gol. Un partido que sacó del atolladero el fútbol callejero de Suárez, con fogonazos de magia de Messi y Neymar. El Baça se divirtió y la Liga sigue viva.

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