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Madrid utiliza la querella contra Messi pasa pasar factura al 'político' Rosell

Que la querella de la Fiscalía de Barcelona contra Messi y su padre por un presunto fraude fiscal de 4 millones de euros haya salido ahora a la luz no es fruto de la casualidad. Ni siquiera al se debe al celo profesional de la eficiente fiscal Raquel Amado. Este asunto se encontraba parado por el propio querellante, es decir, el Ministerio Fiscal.

Sin embargo, de repente 'alguien' desde Madrid decidió que los tres presuntos delitos de Messi y su padre contra la Hacienda pública previstos en el artículo 305 del Código Penal y referidos al IRPF de los ejercicios 2007, 2008 y 2009 se hicieran públicos, con la repercusión que ello ha conllevado mediáticamente hablando. Por más presunción de inocencia que haya, el daño a Messi está hecho, al igual que al Barcelona y su presidente, Sandro Rosell, el verdadero destinatario de la andanada.

¿Por qué destapar ahora este asunto cuando los presuntos delitos datan de hace al menos cuatro años? Esta es la pregunta clave, cuya respuesta lleva directamente al presidente del Barca y sus permanentes escarceos con el nacionalismo catalán. En cierto modo, se puede decir que Messi, culpable o inocente de un delito contra la Hacienda pública, es la víctima de un presunto fraude fiscal en el que, sí, pudo haber irregularidades, aunque en ningún caso con el consentimiento, e incluso conocimiento, del futbolista argentino.

Según aseguran a 'VozPópuli' fuentes que manejan información de primera mano en el ámbito político catalán, en Madrid sentó muy mal que el presidente azulgrana participara junto a Artur Mas en un acto que, con la excusa de entregarle la nueva segunda camiseta del club con los colores de la senyera, se convirtió en un nuevo canto al independentismo. El presidente de la Generalitat recordó que el próximo año, cuando se cumplen 300 años de la Guerra de Sucesión, en la que Barcelona cayó a manos de las tropas borbónicas, será "un 2014 cargado de símbolos de todo tipo, ilusión de todo tipo, de sentirse de un país que vale la pena".

"Lo más probable es que alguna persona ajena a la familia Messi quiera hacerle daño, como venganza, con toda la mala fe", asegura el expresidente Joan Laporta, que da el nombre de Rodolfo Schinocca, un exagente del jugador durante los inicios de su carrera, despedido en 2006, y cuyo nombre aparece en la querella. Sin embargo, cuesta creer que el mencionado Schinocca estuviera al corriente la querella presentada ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Gavá.

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