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El Barça del Tata recupera sensaciones ante una Real en la que no jugó ni el Tato (4-1)

Desde la perspectiva culé, es posible que el partido ante la Real sirva para hablar de que el Barça recuperó su mejor versión. Es decir, el toque, la posesión, la presión... Pero lo cierto es que es engañoso, pues el equipo del Tata Martino no tuvo rival. Su colega Jagoba Arrasate, quien entrena a la Real precisamente porque el argentino prefirió quedarse en Newll's, perdió el partido desde la pizarra. El 4-1 se puede considerar un resultado corto para los méritos de unos y honroso para los deméritos de los otros.

Sin Carlos Martínez, Mikel González, Zurutuza, además del gravemente lesionado Granero. Y con Rubén Pardo, Chory Castro, Agirretxe y Vela en el banquillo. Casi nada. Con Estrada y Cadamuro cubriendo el flanco derecho. Es decir, un socavón. Con el poco habitual Javi Ros en el centro del campo junto a Markel Bergara y Xabi Prieto, quien, para colmo, se retiró lesionado en la primera parte. Y con el joven Sangalli completando la línea de ataque con Griezmann y Seferovic.

El once de Arrasate sólo ofrecía dos lecturas: o era una osadía o era una renuncia disfrazada de las estúpidas rotaciones. El caso es que para el minuto 8, el Barça ya ganaba 2-0, aunque peor aún era la imagen que estaba ofreciendo el equipo donostiarra. La osadía, de serla, le había salido cara a Jagoba. Pero, no, la renuncia había quedado demasiado clara. Por contra, el Barça salió con Busquets, Xavi e Iniesta en el eje, es decir, Masia pura, y con Alexis junto a Messi y Neymar.  

El primer gol fue un regalo que Cadamuro y Bravo pagaron a medias para que Neymar se estrenara en Liga. Cierto que antes la Real tuvo una inmejorable ocasión, cuando Seferovic estrelló el balón en el larguero de la portería de Valdés. Otra vez Neymar en un contragolpe letal, recorrió la banda izquierda, la del socavón, vio a Messi en el palo largo y le envió un pase medido para que el argentino, en plancha, marcase el 2-0.

La Real, sin goles en los últimos dos partidos de Liga, a los que hay que sumar el de la Liga de Campeones, no sólo no inquietaba, sino que hacía continuas concesiones en defensa. Así, antes de la media hora de juego el Barça marcó el 3-0, con un tiro de Busquets desde fuera del área. Mientras los culés se recreaban, los donostiarras sufrían. Es lo que tiene salir derrotado, que sólo aspiras a que pase el tiempo y a perder por los menos goles posibles. El Barça es muy superior y ganarle en el Camp Nou es muy complicado. Pero otra cosa bien distinta es venir derrotado de casa y abochornar a tu afición.

El partido pintaba a goleada de escándalo, pero el Barça falló más de lo que acostumbra. Además, Agirretxe se sacó un control de la chistera, Piqué se quedó admirándolo y De la Bella empujó el balón para hacer el 3-1. Con el gol, la Real pareció reaccionar, pero sólo maquilló el resultado, ya que para entonces el Barça podía haber marcado muchos más goles. De hecho, aún marcó uno más. Messi llegó hasta la línea de fondo y asistió a Bartra, que se había sumado al ataque. Pudo llegar el quinto, pero el marcador se quedó en 4-1. Lo dicho, corto para un Barça que jugó a placer y honroso para una Real que vino derrotada de casa. Para eso es mejor no presentarse.

Ficha técnica:

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano (Bartra, min.35), Adriano; Sergio, Xavi, Iniesta, Alexis, Messi (Sergi Roberto, min.80) y Neymar (Pedro, min.74).

Real Sociedad: Bravo; Estrada (Ansotegi, min.46), Cadamuro, Iñigo Martínez, De la Bella; Markel, Ros (pardo, min.77), Xabi Prieto (Agirretxe, min.21), Sangalli; Seferovic y Griezmann.

Goles: 1-0, min.5: Neymar. 2-0, min.8: Messi. 3-0, min.23: Busquets. 3-1, min.64: De la Bella. 4-1, min.77: Batra.

Árbitro: Gil Manzano, del comité extremeño. Mostró cartulina amarilla a Agirretxe (min.55).

Incidencias: encuentro de la sexta jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou ante 70.066 aficionados, según datos facilitados por el club azulgrana.

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