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"Estamos hartos, no solo de Mourinho, sino de todos los portugueses"

"En España nos sentimos perseguidos por ser portugueses". Estas explosivas declaraciones del central del Real Madrid, Pepe, no son sino otro capítulo más de la descomposición en la que se encuentra el conjunto blanco. Las quejas del internacional luso, de origen brasileño, se enmarcan dentro de la guerra civil en la que vive el vestuario del Madrid. "Estamos hartos, no solo de Mourinho, sino de todos los portugueses", confesó un componente de la plantilla tras la derrota de Málaga. Las posteriores palabras de Pepe en su país confirman la fractura.

La suplencia de Casillas fue la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del vestuario del Real Madrid. Y no solo contra José Mourinho, sino, como quedó claro en las quejas escuchadas en La Rosaleda, también contra el resto de portugueses que forman su cuerpo técnico: Rui Faria, José Morais, Luis Campos y el preparador de porteros, Silvino Louro. Precisamente, a este último apuntan todos los dedos acusadores sobre la decisión de su jefe de dejar en el banquillo al capitán del Madrid y de la selección española.

"Podéis inventar las historias que queráis", dijo Mourinho, "pero es una decisión puramente técnica y nada más. En mi opinión Adán está mejor. Yo tengo como opiniones válidas las de mis asistentes, hemos decidido y me parece que bien por el modo del partido", explicó el entrenador del Real Madrid en la rueda de prensa posterior a la derrota de Málaga. Entre esas "opiniones válidas" estaba la de Louro, precisamente el entrenador de porteros, a quien una información de 'Radio Marca' acusó de ser el espía de Mourinho.

Pero la fractura con los portugueses no se ciñe solo a los técnicos. Durante la Eurocopa, los madridistas de la selección española no pudieron disimular sus ganas por enfrentarse y eliminar a la Portugal de Pepe, Coentrao y, muy especialmente, Cristiano Ronaldo. Aunque la relación entre los futbolistas es diferencia a la que tienen con equipo de Mourinho, declaraciones como las de Pepe dejan claro que, a la hora de alinearse, los jugadores portugueses prefieron hacerlo con sus compatriotas entrenadores que con el resto de compañeros. La configuración de las mesas de la comida de Navidad, para la cual hubo que hacer encaje de bolillos, fue otro ejemplo más de la fractura que hay en el vestuario del Madrid.

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