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El McLaren de Alonso, ¿un nuevo Red Bull?

El McLaren MP4-30.

Hace cinco meses, Peter Prodromou aterrizó en McLaren. Su identidad no necesita presentación para los más avezados seguidores en la Fórmula 1. Y para los iniciados basta con decir que antes de regresar a Woking, sede de la escudería inglesa donde trabajó de 1991 a 2006, era la mano derecha de Adrian Newey.

Newey sí que es una estrella de este deporte. Es un ingeniero mediático, más famoso que unos cuantos pilotos de la parrilla desde que su lápiz mágico dibujara varios de los coches más dominantes en la historia de este deporte: los Red Bull campeones que aplastaron a sus rivales durante cuatro años excepcionales, de 2010 a 2013.

Al lado de Newey, de forma discreta, Prodromou aprendió y desarrolló su conocimientos aerodinámicos. Así que cuando McLaren selló su reciente alianza con Honda decidió repescarle para hacerle un encargo tan apasionante como difícil: la construcción de un bólido ganador que compita con el estratosférico Mercedes.

De su mano ha surgido el MP4-30 presentado este jueves y, en efecto, la nueva máquina gris y roja no puede negar su paternidad.

Más estilizado que su predecesor, el McLaren que pilotarán Fernando Alonso y Jenson Button tiene numerosas novedades técnicas y aerodinámicas, muchas de las cuales recuerdan inevitablemente al diseño de los Red Bull ganadores.

Aunque el coche presentado ahora variará mucho respecto al que arrancará el próximo 15 de marzo de la parrilla del GP de Australia, Prodromou y su equipo han hecho un trabajo revolucionario –lo que se le pidió- que se aprecia en partes muy características del mismo como es el morro delantero.

Esta y otras comparaciones con el MP4-29 –bólido de McLaren en el Mundial 2014- configuran un completo análisis técnico del coche con el que Alonso quiere proclamarse de nuevo campeón, realizado por Alberto Rodríguez en su blog.  

Queda por ver si lo que sobre el papel parece bueno, también lo es una vez puesto a rodar en el asfalto. Alonso busca desesperadamente una máquina ganadora, y ese anhelo pasa por comprobar que el chasis de Prodromou y el motor Honda que alberga en su interior compaginan de forma óptima para plantar batalla a los rivales y, al menos, permitir una lucha de igual a igual.

  

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