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Alonso tenía razón: Ferrari es una mentira y así lo reconoce hasta el director de la escudería italiana

El Ferrari de Vettel circula detrás del Mercedes de Rosberg durante el GP de Austria.

Mauricio Arrivabene, pasional director deportivo de Ferrari, comienza a sufrir los efectos de la presión que supone llevar el peso de un equipo como el italiano. La Scuderia arrancó muy fuerte, Vettel ganó el GP de Malasia, y las expectativas se dispararon. Y unos cuantos apuntaron contra Fernando Alonso, al que culparon de todos los males recientes argumentando que su salida de Maranello coincidía con el presunto renacimiento de Ferrari plasmado en ese inesperado triunfo del alemán, su sustituto.

Desde entonces, los italianos, expertos en vender su producto, han procurado mantener en el imaginario general de la Fórmula 1 esa imagen de fortaleza recuperada. Pero los meses han ido pasando, las victorias se resisten y Arrivabene no ha podido contenerse: "Quiero que ganemos tres carreras, insisto, tres".

El jefe italiano tampoco oculta su frustración por lo lejos que siguen de Mercedes, dominadores absolutos que ya cuentan con cinco dobletes (primero y segundo) de ocho posibles. Vamos, lo que Fernando Alonso se ha cansado de repetir desde que se fue: “Para ser segundo, o incluso tercero, sin confiar en que la situación cambie prefiero embarcarme en un proyecto ambicioso (McLaren Honda) aunque sea a medio plazo”.

Arrivabene no se queda en la simple queja, sino que analiza uno de los factores de esa “falsa” euforia y confirma lo que era un secreto a voces en el paddock: "Creo que la diferencia del rendimiento depende de la diferencia de combustible que lleven ellos y llevemos nosotros. Tenemos que cambiar la dinámica de trabajo y comenzar a entrenar con más carga de combustible los viernes, aunque esto no muestre realmente el potencial de nuestro coche".

"Les he dicho a los ingenieros que es mejor trabajar los viernes con el depósito lleno -insiste el director italiano- para que podamos ver una comparación correcta en vez del escenario falso al que estamos acostumbrados en los entrenamientos libres".

Ya caliente, Arrivabene envía un recado muy serio a todos los empleados de la Scuderia, con mención especial a Marco Mattiacci, hombre que ocupaba su cargo: "No quiero empezar a actuar como mi predecesor hablando del coche del año que viene. Tenemos un equipo trabajando en el monoplaza de 2016, pero pero seguimos centrados en el de este año".

"Nosotros no somos un equipo que participa en el mundial de F1 y nos vamos de vacaciones. Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos todo lo que podamos, ya que tarde o temprano alcanzaremos a Mercedes. Y no hablo de 2020, sino que puede que sea incluso este año", avisa. ¿Otra milonga?

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