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La historia se repite: Alonso, en guerra con la prensa italiana

Durante los últimos seis años Fernando Alonso ha vivido varias ruedas de prensa de alto voltaje fruto de las incisivas preguntas de varios periodistas británicos que no han perdonado el año 2007 que vivió el español en McLaren, el título que prefirió regalarle a Raikkonen antes que a Hamilton y su posterior espantada de regreso a Renault.

Entonces, el motivo principal de la tensión fue la cruenta rivalidad con un superdotado novato inglés, Lewis Hamilton, que demostró sobre la pista que no tenía por qué respetar los galones del bicampeón mundial español.

Heridos en su orgullo británico, tanto por la parte concerniente a Hamilton como por el volcánico y perjudicial ambiente en su escudería de referencia, McLaren, buena parte de los periodistas ingleses que cubren el Mundial por medio mundo le pusieron la cruz al ovetense. Y no se la han quitado aún.

Hasta el pasado GP de Hungría, Fernando Alonso era intocable en Italia. Había profesado en público e incontables veces su pasión por Ferrari, algo sagrado en el país transalapino.

Ya había mostrado varias veces su contrariedad por la debilidad de la Scuderia frente al dominio de Red Bull, pero sus palabras nunca habían cruzado la frontera de lo admisible, al menos para una parte creciente de los medios italianos.

Desde entonces, algunos periodistas transalpinos sostienen que la relación entre Ferrari, personalizado en Stefano Domenicali -director-, y Fernando Alonso es cada día peor.

Ni la disputa este domingo del GP de Italia cosió la herida. Al contrario, la prensa italiana acusó al asturiano de haber llamado "idiotas" a los ingenieros en la calificación del sábado, y varios diarios dominicales hicieron sangre con el asunto.

La situación, sin embargo, es muy diferente a la vivida en McLaren e Inglaterra. Porque, según lo visto y oído en el circuito de Monza, los aficionados italianos siguen confiando en su piloto número uno.

Los atronantes gritos de "¡Alonso, Alonso!" durante la ceremonia de entrega de trofeos en el podio demuestran que los tifosi creen que el talento del español está por encima de la eficacia del coche rojo que pilota.

Ahora habrá que estar atentos a conocer la reacción de la prensa italiana a esa demostración de fervor popular recibida por Fernando Alonso en la casa de Ferrari. Parece que si la guerra con los medios de comunicación transalpinos se recrudece, el asturiano no está solo.

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