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Alonso correrá el GP de Estados Unidos con un Ferrari que tiene más kilómetros que un taxi

"Es triste estar contentos con la sexta posición, pero hemos ido mejor de lo previsto". El resumen de Fernando Alonso sobre la sesión de calificación del GP de Estados Unidos dibuja toda una temporada, incluso toda su vida en Ferrari. Un constante quiero y no puedo por culpa de un coche que nunca ha destacado sobre el resto. Al contrario.

Alonso saldrá sexto en la parrilla de Austin, donde, como todo el año, Mercedes exhibe su enorme poderío. El piloto alemán Nico Rosberg (Mercedes) ha conseguido la 'pole position' tras imponerse a su compañero de equipo Lewis Hamilton.

Hamilton, que fue el más rápido en las tres sesiones de entrenamientos libres, no pudo dar continuidad a su buen pilotaje en el momento decisivo. El germano estuvo más fino en la penúltima vuelta y firmó su novena 'pole' de la temporada en el trazado estadounidense.

La decadencia de Ferrari convierte el final de temporada, el final de ciclo de Alonso, en un calvario. Y si, como en Texas, el ya de por sí lento coche rojo lleva una mecánica antigua, el piloto español bastante tiene con "acabar la carrera y ver dónde estamos". Objetivos "pequeños, sin nada específico", en desalentadoras palabras de Alonso.

"Hemos tenido bastantes dificultades con el motor, que es viejo, tiene muchos kilómetros y no lo utilizábamos desde China (mes de abril). Estuvimos pensando si cambiarlo y salir desde el pitlane (sería la sexta unidad y acarrea penalización), pero creemos que para sumar puntos era mejor arriesgar con el viejo", explicó el asturiano.

Alonso ya sólo busca rebasar a Vettel en la clasificación general de pilotos. El alemán es quinto, con 143 puntos, dos más que el ovetense. Y para ello, el plan es igual de esperpéntico que todo lo que rodea a Ferrari: "Hacer una buena salida e ir improvisando". Literal.

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