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La buena estrella de España le lleva a la final

Tal y como ocurrió en la Eurocopa 2008, aunque entonces fue en cuartos y ante Italia, España se clasificó para su tercera final consecutiva desde los puntos de penalti. Xabi Alonso erró el primero. Lo compensó Casillas parando el de Moutinho. Marcaron sucesivamente Iniesta, Pepe, Piqué, Nani y Ramos, que lo tiró a lo Panenka para compensar el que falló ante el Bayern. Bruno Alves estrelló el balón en el larguero. Y, al igual también que en 2008, Cesc fue el encargado de lanzar y marcar el que dio el pase a La Roja a la final del domingo en Kiev, contra el ganador de la otra semifinal, Alemania-Italia.

Como era de esperar, la euforia se desbordó en España. Hace tiempo que el deporte español es un manantial de alegrías, aunque dada la delicada situación socioeconómica que atraviesa el país, los éxitos de La Roja ayudan a recuperar, aunque sea artificial y temporalmente, los ánimos de la calle. No fue un buen partido el que hizo España. En parte, porque Portugal supo cómo no dejarle jugar. Pero también porque, aunque haya quien lo interprete como una crítica caprichosa o malintencionada, la selección no está rindiendo a su mejor nivel de juego y a veces roza el desbarajuste táctico. Basta con pararse a pensar qué hubiera pasado si la moneda al aire que suelen ser los penaltis hubiera salido cruz.

"¡Qué injusticia!", exclamó Cristiano Ronaldo, que ni siquiera pudo tirar su penalti

Cristiano, que ni siquiera pudo participar en la decisiva tanda al fallar el lanzamiento su compañero Bruno Alves y marcar Fàbregas el suyo, lamentó la mala suerte de Portugal. "¡Qué injusticia!", se le pudo leer en los labios al madridista. No se puede decir que España fue superior a su rival, pero lo cierto es que después de 90 minutos en el que el empate a cero reflejaba lo que había sido el partido, en el tiempo de prolongación La Roja sí estuvo más cerca del gol y, sobre todo, no se resignó a llegar a los penaltis, tal y como hicieron los portugueses.

Sorprendió Del Bosque al alinear de inicio a Negredo. Esta vez no fueron ni Cesc, el 9 falso, ni Torres, con el 9 a la espalda, quienes completaron un once por lo demás ya habitual.  La idea de jugar con Negredo, un delantero con mucha movilidad y buen juego de espaldas, era sacar de sitio a la mastodóntica pareja de centrales que forman Pepe y Bruno Alves, pero el delantero del Sevilla fracasó en el intento. Paulo Bento tampoco se complicó y sólo cambió al lesionado Helder Postiga por Hugo Almeida. Peón por peón. La consigna portuguesa fue clara: evitar el tránsito de España por el centro del campo, para lo cual no dudaron en salir con balones en largo. Con el ‘trivote’ Meireles-Veloso-Moutinho sometiendo a España a una presión asfixiante y Hugo Almeida más pendiente de cerrar la salida de Piqué y Ramos que de mirar a la portería de Casillas. De eso se encargaban, en teoría, Cristiano y Nani. Al madridista le costó aparecer en el partido, pero a la media hora un lanzamiento suyo se fue rozando el poste. Unos minutos antes, había sido Iniesta quien buscó la portería de Rui Patricio, pero se le fue alto.    

Portugal logró bloquear a La Roja, pero a cambio tampoco le hizo apenas daño

Portugal ´mourinhizó’ el partido de antemano poniendo el foco sobre el árbitro turco Cüneyt Çakir y lo siguió haciendo desde el instante en que el balón echó a rodar. Con el banquillo en pleno protestándolo todo, Coentrao se ganó una amarilla por hacer un gesto obsceno al de España. Los lusos revolucionaban el juego y a La Roja le faltaba pausa. Xabi Alonso, incrustado entre los centrales, interpretaba lo que había que hacer para que Portugal no pudiera robar tan arriba, pero el tolosarra apenas tenía referencias por delante del balón. Por allí andaban Busquets y Xavi, aunque sin generar espacios entre el 'trivote' y los centrales lusos. Con Iniesta desactivado, la presión de los portugueses contagiaba a los españoles, que iban demasiado al choque, un juego que no les interesa y en las que tienen todas las de perder. Además, tanto Piqué como Ramos, que acabó siendo elegido mejor jugador del partido, no estaban nada precisos en el pase, un peligro ante jugadores tan rápidos como Cristiano o Nani. Arbeloa, muy pendiente de Cristiano, y Jordi Alba apenas se animaban a encarar a Joao Pereira y Coentrao y el juego fue cada vez más plano.

Del Bosque empezó con Negredo, pero tuvo que volver a rectificar

Del Bosque no tocó nada en el descanso, pero sólo tardó ocho minutos en introducir el primer cambio: Cesc entró por Negredo, con lo que el seleccionador volvía a su guión inicial. Sin estar peor que Portugal, España debía demostrar que es mejor. Necesitaba encontrar su juego y, para ello, recuperar el balón. De ahí la inclusión de Fàbregas. Busquets vio una amarilla por pedirla para Cristiano en un piscinazo en pugna con Ramos y Pepe dio un rodillazo a Xabi Alonso en la disputa de un balón por alto. Con el partido donde quería, Paulo Bento no veía motivos para mover nada. No así Del Bosque, que hizo su segundo cambio mucho antes de lo habitual: Jesús Navas sustituyó a un desaparecido Silva, pero el sevillano tampoco aportó nada. Cierto que Portugal no inquietaba. Tan sólo unos lanzamientos desviados de Hugo Almeida, valga la redundancia. Pero España, tampoco y el partido seguía siendo de una peligrosa ida y vuelta.

Hugo Almedia, desfondado de tanto presionar y presionar a los centrales de España, dejó su puesto a Nelson Oliveira, y a cinco minutos del final de los 90, Pedro entró por Xavi en España. Con tal de no renunciar a su doble pivote, Del Bosque es capaz de retirar a un futbolista que evidentemente no está ofreciendo su mejor nivel, pero que sigue siendo una referencia en el juego de la selección. Con Pedro abierto en banda izquierda y Navas en la derecha, fue Iniesta quien se retrasó para ejercer de Xavi. Portugal no se inmutó e, incluso, Cristiano tuvo una contra clara en el 90. No la aprovechó y la semifinal se fue a la prórroga.

En la prórroga se vio que Portugal firmaba los empates y España, no

Con La Roja sin cambios y Portugal, cargada de tarjetas, ninguno de los dos equipos daba la sensación de poder imponerse. España no renunciaba a llevar la iniciativa, pero más por impulsos que por argumentos. Así, una arrancada de Jordi Alba justo antes del primer tiempo de la prórroga lo remató Iniesta, pero Ruí Patricio logró desviar el balón. En vista de que el tiempo se agotaba, Paulo Bento hizo lo propio con sus cambios. La entrada de Custodio por Veloso tenía un doble objetivo: proteger a un jugador que corría peligro de ver la segunda amarilla y refrescar la zona de influencia de Iniesta. La de Varela por Meireles, sólo lo segundo, pues con España claramente dominando, Portugal empezó a dar por bueno llegar a los penaltis. Pedro tuvo una buena ocasión en carrera, pero se aturulló y no hubo tiempo para más. La suerte estaba echada y la buena estrella de España, esa que luce en el pecho, le llevó a su tercera final consecutiva.   

- Ficha técnica:

0 (2) - Portugal: Rui Patricio; Joao Pereira, Pepe, Bruno Alves, Fabio Coentrao; Meireles (Varela, m. 112), Miguel Veloso (Custodio, m. 105), Moutinho; Nani, Hugo Almeida (Nelson Oliveira, m. 76) y Cristiano Ronaldo.

0 (4) - España: Casillas; Arbeloa, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso; Silva (Navas, m. 60), Xavi (Pedro, m. 87), Iniesta; y Negredo (Cesc, m. 54).

Penaltis: 0-0: Xabi Alonso, para Rui Patricio. 0-0: Moutinho, para Casillas. 0-1: Iniesta, gol. 1-1: Pepe, gol. 1-2: Piqué, gol. 2-2: Nani, gol. 2-3: Sergio Ramos, gol. 2-3: Bruno Alves, al larguero. 2-4: Cesc, gol.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Amonestó a los españoles Sergio Ramos (m. 40), Sergio Busquets (m. 60), Arbeloa (m. 83) y Xabi Alonso (m. 112) y a los portugueses Pepe (m. 61), Joao Pereira (m. 64), Bruno Alves (m. 85) y Veloso (m. 90).

Incidencias: partido correspondiente a las semifinales de la Eurocopa 2012, disputado en el estadio Donbass Arena de Donetsk ante unos 48.000 espectadores, unos 1.500 españoles. En el palco no hubo ningún representante institucional español, en protesta por el caso de la exprimera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko, al igual que en el partido de cuartos de final del pasado sábado contra Francia en el mismo estadio. El césped fue regado veinte minutos antes del comienzo del encuentro. Iker Casillas y Cristiano Ronaldo, capitanes de las selecciones de España y Portugal, respectivamente, leyeron un comunicado contra el racismo antes del inicio del encuentro. Los jugadores de la selección española lucieron brazaletes negros en memoria de Miki Roqué, futbolista bético fallecido a los 23 años.

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